El periodista y escritor mendocino Rodolfo Braceli escribió en su habitual columna del diario Jornada, en tono de lamento marca registrada Braceli, no exento de humor, porqué no estará presente en la Feria del Libro 2014. Luego hizo un llamado a combatir el espíritu buitre de muchos argentinos a través de la lectura y los libros e invitó, valga la redundancia, a visitar la Feria del Libro pese a su ausencia en la grilla oficial.
Ya en el aperitivo Braceli anticipa que su columna no es una queja, sino más bien una respuesta a los periodistas "busca roña" que quisieron en los últimos días sonsacarle alguna declaración útil para defenestrar la feria: "Buen día, permiso: ya sé que cuando uno aclara oscurece, pero asumo el riesgo: voy a referirme a mi NO participación en la Feria del Libro provincial. Mi necesidad de aclaración está motivada por llamadas y consultas que estos días me hacen desde diversos medios de Mendoza".
Esta es la columna completa del diario Jornada:
"Por esas llamadas periodísticas advierto que se está generando una bola que no es de nieve, sino, en ciertos casos, de invenciones y alcahueterías rebosadas en malaleche.
"Tengo para decir esto:
1-- No participo en la Feria Provincial del Libro de 2014 por una simple razón: no me invitaron.
2-- Si no me invitaron (por ejemplo a presentar mis dos libros que aparecieron recientemente) es porque no les intereso.
3-- Los organizadores –aunque obvio debo decirlo– viven, como todos, un tiempo de libertades y en consecuencia tienen todo el derecho de elegirme o no elegirme para participar.
4-- Por lo demás, que yo no participe en esta Feria de mi provincia no significa nada, en absoluto, para la Feria en sí misma. Conmigo o “sin migo” la Feria será lo que ha de ser. Nuestra Feria, como la Vida misma, continúa. Y pueda ser que por los siglos.
5-- Ruego que se deje de buscar pelo en la sopa; lo dicho: no voy porque no me invitan. Los organizadores tienen el albedrío para hacerlo o no hacerlo.
6-- Pero insisten en preguntarme cómo me cae la NO invitación. No voy a ser hipócrita: no me da igual. No me resbala. No me canto en eso. Por supuesto que NO me alegra no estar allí y, lo confieso, hasta me entristece. Pero estos sentimientos, tan personales, carecen de toda importancia más allá de lo que sucede en el laguito interior de mi corazón.
7-- Me repreguntan –algunos buscando roña– ¿por qué me entristece no ser invitado a presentar mis libros en la Feria provincial? Por varias razones: algunas tienen que ver –no voy a negarlo– con la güevona vanidad, con mi ego hoy abollado. Otras razones tienen que ver con esa paradoja, más agria que dulce, que mientras no soy invitado a mi Mendoza, por otro lado, sí soy invitado con mis libros a sitios en los que no nací, como La Plata, Bahía Blanca, Junín, La Rioja, Cipolletti, Tucumán, Santa Fe, etcétera… Por caso: mi biografía de Mercedes Sosa, tan relacionada con Mendoza, nunca se presentó en la provincia. Pero bue, como dije, conmigo o “sin migo” la vida continúa lo más campante.
8-- Otra razón de mi tristeza radica en que, al no estar presente me quedaré sin expresar lo que en cada Feria subrayo en un paréntesis especial: mi tributo a don Gildo D´Accurzio, aquel imprentero que nos nació a todos, desde Tejada Gómez a Di Benedetto, pasando por Ramponi, Crimi, Bustelo, Marianetti, Lorenzo, Tudela, Cúneo, Draghi Lucero… Ya que el asunto se me cruza, lo aprovecho: Don Gildo, aquel imprentero que mandaba a su hijo apenas adolescente a pasar sobres anónimos –sobres con dinero– por debajo de las puertas de escritores que estaban con dificultades para comer el pan de cada día y de cada noche…; don Gildo, aquel prodigioso artesano admirado más allá del país y siempre recordado por Cortazar; imprentero al que le pagábamos “un día de estos”, es decir nunca…; don Gildo –no lo olvidemos– quiso regalar su precioso taller por un precio menos que simbólico a la Universidad de Cuyo, pero no pudo con la burocracia y, ya anciano, atravesado de desolación, tuvo que ver cómo su imprenta se iba descuartizando al compás de mezquindades, de indiferencias, de la mediocridad reinante.
9-- Espero que estas líneas sean suficientes para poner en claro mi NO participación en esta Feria provincial. Mi deseo es que la de este año resulte más intensa aun que la del año pasado. Y así sucesivamente.
"Posdata
"Las Ferias del libro, más allá y más acá de la movilidad comercial, son siempre un estímulo muy saludable. Como las bibliotecas. A propósito de bibliotecas y de libros, en tiempos en los que la paranoia se ha convertido en ideología, en tiempos de obscena buitredad humana, no está demás recordar palabras escritas por aquel general cuyo ideal era ser ciudadano. José de San Martín dijo con todas las letras: “La biblioteca es más poderosa que nuestros ejércitos”.
"Más allá de la irrisoria autoreferencia con la que empecé esta columna, desde el fervor y la buena leche deseo que todos, lectores y escritores, hagamos desde donde nos toque –lejos, cerca o adentro–, que esta Feria de la provincia esté sembrada de intensidades, de sueños que empiezan a brotar.
"Algunos dicen con desdén: “En el país hay Ferias del libro para tirar para arriba, ¿para qué tantas?” Respuesta: esta y todas las ferias del libro no son necesarias, ¡son imprescindibles! ¿Por qué imprescindibles?
"Porque a los ejércitos que ahora socaban la democracia encarnados en la buitredad, no hay mejor forma para afrontarlos y enfrentarlos que con los libros. Los libros siempre son despertadores. Con ellos y con el estímulo de la lectura alumbradora celebremos algunas buenas noticias muuuy ninguneadas por estos días. Por ejemplo, la que nos trae el informe de la ONU, encabezado por Unicef. Nos avisa que entre 1990 y 2013 la tasa de mortalidad infantil bajó en el mundo un 49 por ciento. En la Argentina la reducción es del 53 por ciento, es decir, que mejora en 4 puntos el promedio mundial del descenso de mortalidad infantil.
"A menos muertes más vida. Entonces, recibamos y sembremos con libros y con hábito de lectura y con más Ferias a esos seres que están naciendo para quedarse a vivir; en nuestro caso, para quedarse a vivir en castellano".