Con un debate en TV Globo con más acusaciones cruzadas que discusiones sobre propuestas cerró la campaña en Brasil

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Las encuestas de última hora no descartan la posibilidad de balotaje en Brasil. Foto: AFP

 

Los candidatos a las elecciones presidenciales del próximo domingo en Brasil cerraron la campaña electoral en un debate realizado por TV Globo donde aprovecharon para difundir a todo el país las propuestas pero fundamentalmente afilaron las críticas entre ellos en el intento de sumar votantes para los comicios.

Cinco minutos antes de las 23, después de la novela Império que atrapa a todo Brasil, se inició la trasmisión donde se presentaron a los seis principales candidatos presidenciales y se pidió un aplauso a los más de 200 presentes en el estudio para iniciarlo.

Comenzó el debate la aspirante Luciana Genro, del Partido Socialista quien, como en el debate anterior eligió a la presidenta y candidata por el Partido de los Trabajadores, Dilma Rousseff, a quien le preguntó por corrupción.

Rousseff, de saco blanco y mirando a cámara le aclaró que es necesario “debatir propuestas concretas” y enumeró el último paquete de medidas anunciado para combatir la corrupción y la impunidad. “Autorice a que todas las cuestiones relativas a Petrobras estén abiertas a investigaciones”, remarcó.

En la réplica, Rousseff volvió a decirle que no se trata de hacer “alianzas con corruptos” sino que la “corrupción puede estar y lo que hay que hacer es prevenir que eso ocurra” y castigar si eso ocurre.

Tras ello el socialcristiano pastor Everaldo Pereira le preguntó a Aécio Neves, del Partido de la Social Democracia Brasilera por otro caso de corrupción en el denominado “mensalao do Correios” y Neves tras responder le preguntó a la ambientalista del Partido Socialista Brasileño, Marina Silva, a quien la cuestionó por denunciar una campaña de ataques del PT habiendo ella formado parte de ese mecanismo cuando era parte del PT.

“No entiendo cuál es su concepto de los buenos”, también le insinúo el candidato tucano a la ambientalista vestida con un saco amarillo, y enumeró a funcionarios que formaron parte de sus equipos y que no ganaron en otras elecciones.

Uno de los cruces del primer bloque fue entre el candidato verde, Eduardo Jorge, y el del derechista Levy Fidelix, que luego se sumo Genro, a su turno, quien le dijo que su racismo y homofobia era similar a lo que terminó ocasionando genocidios.

“Estamos intentando que la homofobia sea considerada crimen y usted utiliza homofobia y ofende a miles de personas”, le señaló luego de ofensivas declaraciones del candidato en el debate anterior.

“Yo nunca dije ataquen a los gays yo defendí los valores de la familia”, respondió Fidelix.

Pero quizás el momento más tenso fue cuando las principales candidatas según las encuestas, Rousseff y Silva, se enfrentaron por el tema sorteado: “Banco Central”.

“Usted, candidata, dijo una serie de acusaciones en cuanto a la autonomía del Banco Central”, comenzó Silva a lo que respondió Rousseff: “Creo que usted está confundiendo autonomía con independencia y lo que está escrito en su programa dice independencia del Banco Central y ese es el problema. Independencia del Banco Central es darle un cuarto poder a los bancos”.

Silva, sin perder la tranquilidad con la que se mantuvo en todo el debate, le indicó que ella lo que defendía era autonomía del Banco Central.

“Sugiero que lea la letra de su programa porque usted confunde los dos términos y porque las consecuencias también son otras. Cuando se escoge un presidente también se escoge la política económica”, respondió Rousseff.

“La que me está hablando es la Dilma de las elecciones y no la Dilma de las convicciones”, le remarcó Marina y le arrojó: “La autonomía del BC es también independencia, es que pueda controlar la inflación que hoy tiene el gobierno”, lo que luego fue desmentido por la mandataria, “le informo que la inflación está bajo control”.

Los aspirantes se turnaron en sus ataques contra Rousseff, favorita en los sondeos y con más del 40 % de los votos según las últimas encuestas, y criticaron principalmente por las denuncias por corrupción.

Los cruces en el debate, con la intención de menguar el más del 40 por ciento de intención de voto que los últimos sondeos le dan a Rousseff, obligaron a la jefe de Estado a pedir varias veces el derecho a respuesta, y a usar sus intervenciones para defenderse de acusaciones.

Según coinciden las últimas encuestas, Rousseff ganará las elecciones del domingo, pero no llegará a superar el 50 por ciento de los votos, por lo que deberá disputar una segunda vuelta frente a Marina Silva o Aecio Neves, el próximo 26 de octubre. En esa eventual segunda vuelta, según el último sondeo de Ibope publicado esta noche, Rousseff sería reelegida con un 43 por ciento, contra el 36 por ciento de Silva.

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