Por Federico Águila, desde Porto Alegre
Para Infonews
En las ciudades cercanas a la capital “gaucha”, como Torres, a unos 150 kilómetros, se repitió, como en Río de Janeiro, el ritual de playa y cantos para esperar el tercer partido de la Selección. La frontera en Uruguaiana estuvo saturada desde ayer a la mañana, y hasta las primeras horas de hoy llegaron vuelos desde Buenos Aires con decenas de hinchas.
Los brasileños, amables como en todas las ciudades de este enorme país por donde pasó la Selección, se preguntan por qué tanta pasión para un equipo que ya está clasificado a octavos y juega contra Nigeria. Las autoridades de Río Grande do Sul estiman que más de cien mil argentinos llegaron desde todos los puntos de la Argentina y también del resto de Brasil. En avión, en auto, en micro, en casas rodantes, en motos. Así llegó la marea celeste y blanca hasta la ciudad más cercana a nuestro país.
Una leve llovizna mojó las calles de Porto Alegre durante la madrugada, pero no alcanzó para apagar tanta pasión. El lunes, más de cien personas se trasladaron hasta el aeropuerto y más tarde al hotel de concentración para dar la bienvenida a los jugadores de Sabella, que mostraron su buena onda con el público y saludaron desde las ventanas de las habitaciones.
El martes, el cumpleaños de Messi fue la excusa perfecta para entonar otro de los hits de este Mundial: “que de la mano de Leo Messi, todos la vuelta vamos a dar”.
Este tercer partido está marcado, más que nunca, por la reventa de entradas. Es que la FIFA calcula que hay unas 18 mil entradas disponibles para más de 100 mil argentinos que se mueven por las calles de la ciudad. Un ticket que costaba unos 100 dólares, en los alrededores del Beira Río llega a ofrecerse a diez veces su valor.
Hay un operativo especial en las calles para evitar un colapso de tránsito. Las autoridades tienen dispuestos 17 controles en los principales accesos de la ciudad y camino al estadio. Las puertas del estadio abren a las 10 para los 50 mil afortunados que presenciarán este Argentina Nigeria, que vuelven a enfrentarse en un Mundial. “Es como si estuviese en casa”, declaró en la previa Leo Messi. Y, por 24 horas, así será para él y sus compañeros.