Trabajadores sindicalizados, militantes de agrupaciones políticas y simpatizantes kirchneristas están en las calles contra la confirmación de la Corte Suprema de la condena a seis años de prisión e inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos a la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner. La exmandataria esperó el fallo en la sede del Partido Justicialista Nacional.
La reacción en las calles del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) contra la condena que proscribe a Cristina se inició antes de la confirmación oficial del fallo, que había sido adelantada con precisión por el aparato mediático enfrentado a la expresidenta. Gremios y organizaciones sociales encararon cortes de tránsito en puntos estratégicos, como el Camino del Buen Ayre y Acceso Oeste; la Autopista La Plata - Buenos Aires, a la altura de Quilmes, y la Autopista Richieri, en las inmediaciones del predio de la AFA.
La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, anticipó que desplegaría a las fuerzas federales para disuadir a los manifestantes.
El primer corte se activó en la autopista Panamericana, por parte de trabajadores de la industria automotriz, bajo la conducción del gremio SMATA. El portal InfoGremiales informó que los bloqueos eran encabezados por delegados sindicales de la Confederación General del Trabajo (CGT).
Los manifestantes consideran que la exmandataria es víctima de "proscripción" y "persecución" por motivos políticos, como lo expresaron los referentes de los cortes de ruta que se desplegaron durante la jornada.
Una decena de sindicatos había anticipado que tomarían medidas de fuerza en caso de que la condena contra la exmandataria fuera confirmada.
En los puntos de protesta, se podían observar paraguas de colores verdes y blancos, distintivos de los delegados de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE). También se manifestaron la Asociación del Personal Legislativo (APL), la Asociación Bancaria y el Sindicato de Mecánicos y Afines del Transporte Automotor (SMATA), entre otros sindicatos.
La Confederación General del Trabajo (CGT) emitió un comunicado oficial titulado “La democracia está en peligro”, en el cual rechazó enérgicamente la posibilidad de que Cristina Kirchner fuera encarcelada. La central obrera argumentó que la medida judicial constituye un acto de proscripción destinado a evitar que la expresidenta compita en las próximas elecciones.
Desde el lunes, cientos de militantes kirchneristas habían comenzado a movilizarse, alternando entre el domicilio de Cristina Fernández de Kirchner en el barrio porteño de Constitución y la histórica sede de calle Matheu.
El objetivo de estas concentraciones era expresar apoyo incondicional a la expresidenta y encarnar la "resistencia" ante lo que consideraban una avanzada judicial. El clima de tensión fue en aumento desde el fin de semana, cuando trascendió la inminente definición de la Corte para este martes por la tarde.
La repercusión de la condena a Cristina Kirchner, lejos de apaciguar el escenario, recalentó la disputa política en el país.
