
Alfredo Cornejo y su alfil en la superintendencia de Irrigación, Sergio Marinelli, se preparan para enviar a la Legislatura el Código de Aguas, una normativa que busca una nueva regulación en el manejo de los ríos de Mendoza y que se enmarca en el Plan Hídrico Provincial que el Gobierno diseño junto a Mekorot, la estatal israelí de aguas.
El Plan de Agua que diseñó Mekorot no necesita aprobación legislativa, pero sí el Código de Aguas.
Marinelli acudió este martes a la Legislatura, donde además ratificó el plan oficial para empezar a cobrar por el consumo de agua.
Mientras tanto, a más de dos años del acuerdo firmado entre Mekorot y la empresa israelí, los detalles siguen siendo un secreto. Del "plan maestro" que firmaron en su momento Rodolfo Suarez y Sergio Uñac, gobernadores de Mendoza y San Juan, para entregarle a los israelíes el diseño del manejo del agua hasta 2050 sólo se conoció la firma.
Sin embargo, es el plan que usará Cornejo para entregar una porción de los ríos a las empresas mineras mientras se demora el tratamiento legislativo del Código de Aguas. Éste último, contempla que el Gobernador tenga potestad para modificar las prioridades de uso, y lo habilita para decidir que la rentabilidad económica puede primar ante otras necesidades.
El manejo de los ríos hasta 2050
El Código de Aguas, señaló Marinelli, se inserta dentro de un modelo de gestión estructurado en seis ejes fundamentales: oferta, demanda, disponibilidad, sostenibilidad ambiental, educación y gobernanza. Esta propuesta se complementa con el Plan Maestro 2030/2040/2050, el Plan Hídrico Provincial y estrategias específicas por cuenca.
Marinelli subrayó que el esquema de Irrigación responde a una administración organizada en distintos niveles. Irrigación es el actor mayorista en la gestión del agua, encargado de diques, embalses y canales principales, mientras que las inspecciones de cauce, asociaciones agrícolas y AySAM regulan su distribución y consumo.
Código de Aguas, resistido por muchos
El envío del proyecto de Código de Aguas fue suspendido en 2024 por el gobernador a raíz de los cuestionamientos sectoriales y las protestas de sectores productivos en toda la provincia.
Un dictamen de expertos entre los cuales se encuentra Miguel Mathus Escorihuela celebró esa decisión.
"La Ley de Aguas está vigente, y es una copia actualizada de la ley española, que es muy buena. Al mismo tiempo hay un Código de Aguas que ha sido revisado por una comisión de expertos que produjo un dictamen con críticas que se le hicieron al proyecto. Que tenía cosas buenas, malas e impresentables y contrarias a la Constitución", se explayó el especialista en Derecho de Aguas.
Sin embargo, Marinelli minimizó esas objeciones y dijo que las quejas de "algunos productores" habían sido incorporadas.
Van a cobrar por el consumo
El Código de Aguas también responde a una dimensión operativa y financiera, contemplando fondos de resarcimiento y financiamiento internacional para sostener futuras inversiones. Según Marinelli, la medición del recurso es crucial para garantizar una "administración equitativa, eficiente y transparente".
Además, Federico Liseno, director de Planificación Hídrica, enfatizó que el objetivo es mejorar la gestión sostenible del agua en todo el territorio mendocino, incluyendo las zonas no irrigadas. Advirtió que el cambio climático reducirá la oferta hídrica en Mendoza en un 17% hacia 2050, lo que obliga a desarrollar estrategias de adaptación.

