La internación de dos presos en el Hospital Castro Rendón -un femicida de Rincón de los Sauces y el acusado de un homicidio en la capital- puso en alerta al personal de atención de ese nosocomio de Neuquén, quienes advirtieron al gobierno provincial que habrá medidas de fuerza en el caso de que la situación se dilate en el tiempo. El titular del área de Salud Mental del hospital indicó que es inédito en la historia del hospital que se envíe un preso "para cumplir la prisión preventiva en el hospital".
Uno de los presos, el femicida, fue trasladado este míercoles a una comisaría después de que agrediera al personal y se lo denunciara por el constante acoso a enfermeras. Pero el acusado de matar a un ingeniero mendocino en la capital neuquina sigue en el hospital.
El Castro Rendón, además de ser el hospital de referencia en la capital, recepciona desde hace unas semanas pacientes derivados del Heller -que atiende todo el oeste neuquino y derivados de Centenario, Plottier y otras ciudades- ya que allí se desencadenó una crisis sanitaria por falta de anestesistas para cubrir las guardias.
"Tenemos un destacamento en el hospital desde hace tres días -advirtió Máximo Mantilaro al respecto-. Hay entre cuatro y cinco agentes. Dos agentes externos, dos en el perímetro de la sala y dos pegados al paciente, todos con portación de armas, con todo lo que eso implica. No hay medidas de seguridad suficientemente efectivas en un hospital, no la hay porque es otro el lugar donde debe estar. Tuvimos que levantar media sala, de cuatro camas destinadas a mujeres para protección de las futuras pacientes".
El sindicato de Profesionales de la Salud Pública de Neuquén (Siprosapune) presentó este miércoles una nota dirigida a la presidenta del Tribunal Superior de Justicia, Soledad Gennari, en la que pide que intervenga a raíz de que esas detenciones por orden judicial en el área de Salud Mental del hospital Castro Rendon. “No es un lugar de detención”, aseguraron.
"Quieren usar el hospital como una cárcel -se explayó el delegado de ATE de los enfermeros, Juan Millapán en radio UNCo Calf-. El femicida le pegó una piña a un policía de consigna y hubo acoso constante a las enfermeras. El servicio mental del hospital es un servicio más del hospital, hoy está transformado en una cárcel. Los pacientes tuvieron que ser derivados a otros hospitales, la internación de mujeres está restringida por esos dos casos".
“La medida tomada por la justicia conllevo, por seguridad, al cierre del único servicio de Salud Mental con internación de pacientes agudos, vulnerando derechos colectivos de accesibilidad a los servicios de salud adecuados en su formación y complejidad de los pacientes que lo requieran", se explayó.
"El hospital no es para cumplir prisión preventiva"
Máximo Mantilaro, responsable del área de Salud Mental del Castro Rebdón señaló que después de mucha presión trasladaron al femicida a una comisaría, pero que el otro preso permanece en el hospital público. "Hubo una medida judicial dictada en un ámbito de salud. Nosotros lo advertimos pero no fue escuchado el reclamo", remarcó Mantilaro sobre la orden judicial de internar a los dos presos allí.
"Las internaciones judiciales cesaron en 2009 con la Ley de Salud Mental. Pero le otorga una potestad al juez para internar a personas que cometieron un delito cuando hay una afectación psíquica. Pero no estaba pasando que personas en total uso de sus capacidades sin alteración, que incluso tienen un grado de peligrosidad importante, que cometieron delitos en uso de su capacidad sean internados en un hospital para el cumplimiento de una medida judicial", detalló Mantilaro.
Lo que se cuestiona no es el motivo de la internación, sino que la jueza lo mandó al Hospital Castro Rendón "para cumplir la totalidad de la prisión preventiva -precisó Mantilaro sobre el presunto homicida-. Es decir que hasta mayo del año que viene esta persona estaría en salud mental. Para nosotros tuvo un motivo el ingreso desde lo clínico, pero el tiempo que debe permanecer hay que evaluarlo. Cuando ya esté en uso de sus capacidades debe volver a una unidad de detención. No puede convertirse el servicio de salud mental en un lugar de cumplimiento de prisión preventiva. Hace 30 días que tenemos un destacamento policial en el hospital".