La presidenta Cristina Fernández de Kirchner recibió el jueves en la tarde en la residencia de Olivos a la cúpula de la Iglesia Católica argentina, encabezada por el obispo titular del Episcopado, José María Arancedo.
Acompañaron al jefe de la Iglesia el secretario general, Enrique Eguía Seguí; y el vicario general del Arzobispado de Buenos Aires, Joaquín Sucunza.
El encuentro se produjo luego de la difusión del documento de la Conferencia Episcopal en el que se señaló que Argentina está "enferma" de una "violencia cada vez más feroz y despiadada". En el texto se calificó a la corrupción pública y privada como "un verdadero cáncer social" que es causante de "injusticia y muerte".
Desde distintos sectores del oficialismo y el progresismo salieron a criticar el texto. Desde el Gobierno, el secretario general de la Presidencia, Oscar Parrilli, negó el miércoles que existan "diferencias" con la Iglesia.
Parrilli aseguró que "no" le parece que haya "enfermedad violenta" en la sociedad. Además, aclaró que del documento que hizo la Iglesia le gustó cuando se habló de "que los medios de comunicación no informan con objetividad, respetando el dolor y privacidad".
"La Presidenta ya habló: no hay ninguna diferencia con los obispos", remarcó Parrilli cuando le preguntaron si la posición de la Iglesia cayó mal en el Gobierno.
Fuentes: Infonews / Minuto Uno
