Carlos Eduardo Cangemi fue detenido en 1975. Vive en Italia y viajó a Mendoza para estar en el proceso. Con su testimonio involucró aún más a Petra y Miret.
Carlos Eduardo Cangemi, detenido en 1975, declaró en el juicio a jueces frente al Tribunal Oral Federal Nª 1. Fue torturado en el D2 pero no pudo identificar a ningún miembro de esa dependencia. Involucró a los ex jueces Petra, Miret y al recientemente fallecido Gabriel Francisco Guzzo.
“El Pichi”, como lo conocen los compañeros, declaró fuera de agenda ante la inminencia de su regreso a Italia, donde reside. Convocado por Natalia Suárez, secretaria del Tribunal, prestó testimonio delante de las partes pero sin público; sólo el equipo de acompañamiento de víctimas y querellantes ingresó a la sala; la prensa tampoco pudo estar presente por expreso pedido del testigo.
Carlos era actor de radioteatro; fue detenido cuando tenía 26 años, y repartía volantes del partido al que pertenecía. Señaló, irónicamente, que además de llevar los volantes, el enunciado de los mismos versaba: “Las fuerzas armadas son la Triple A”. En ese entonces se encontraba en un estado de semiclandestinidad.
Idas y venidas: de traslados y complicidades
Según lo relatado por Cangemi, fue apresado el día martes 11 de noviembre de 1975, a las 22 aproximadamente, por un jeep en el que iban dos policías, sin que se le exhibiera orden formal de arresto. Su detención fue realizada por personal del Cuerpo Motorizado de Mendoza. En el acta, firmada por Celustiano Lucero y Armando Fernández, del D2, se argumenta que “presuntamente” se encontraba repartiendo panfletos pertenecientes al Partido Revolucionario de los Trabajadores (P.R.T.) y al Ejército Revolucionario del Pueblo (E.R.P.).
Primero pasó por la Comisaría de Las Heras, luego fue llevado esposado y vendado con una tela y un trapo “como si fuera la cámara de una bicicleta” (una goma) al D2. Allí permaneció 6 días, en los que fue golpeado como si se tratara de un partido de fútbol, “en donde yo hacía de pelota” –dijo-, y picaneado. Los primeros 4 días permaneció vendado, y los últimos dos, pudo verle el rostro a uno de ellos; le negaron el agua y la comida.
El 17 de noviembre fue trasladado a la Penitenciaría Provincial y atendido por una costilla fracturada; ante sus quejas, el médico le recomendó que no hiciera la denuncia. Corrió igual suerte que sus compañeros del penal: fue parte del contingente trasladado, en septiembre del 76, a la U9 de La Plata. El testigo fue condenado a 5 años de prisión por infracción a la ley 20.840 de “represión a la subversión”. Cumplida la condena quedó bajo el régimen de libertad vigilada hasta 1982.
La declaración de Carlos Cangemi, una vez más, da cuenta de la complicidad de la Justicia Federal con la represión ilegal. Fue indagado en tres oportunidades: en la primera, el 17 de noviembre del ’75, el entonces Juez Luis Miret, le leyó las acusaciones pero le impidió denunciar las torturas recibidas en el D2, por lo cual “el Pichi” se negó a declarar. La segunda fue ante el Dr. Juan Yazlli, el 15 de junio de 1976, cuando amplió la imputación inicial al denunciar las torturas recibidas al momento de su detención y solicitó la revisación médica. Se dispuso la realización de un examen psicofísico que nunca se efectuó. Finalmente, recordó que cuando fue trasladado a la Unidad 9 de La Plata, el juez Guillermo Petra, reconoció las lesiones en los genitales y en las encías, pero no actúo ni investigó nada en relación con esto. Además lo trató de ”idiota útil”.”Pudo haber hecho mucho –reflexionó- pero algunos prefieren la carrera, la realización propia”, concluyó.
El próximo miércoles 21, el Tribunal y las partes realizarán la inspección ocular de la Compañía 8va. de Comunicaciones, dependiente del Ejército.
Fuente: juicios.mendoza.blogspot.com.ar