A los 91 años falleció este fin de semana Ramón Ábalo, periodista, escritor, delegado gremial y militante de los Derechos Humanos de Mendoza.
Tuvo una intensa historia de acompañamiento de los juicios por delitos de lesa humanidad, como testigo en las instancias judiciales y también en las manifestaciones públicas en calles, plazas y espacios donde la disputa por la palabra y el testimonio fue clave.
En su rol como periodista, escribió "El terrorismo de Estado en Mendoza" y con Hugo de Marinis escribió "Mendoza montonera" y "Entre viñas, guitarreadas y revoluciones”. “El periodismo para mí siempre fue colectivo, por eso hablo en plural cuando me refiero él. Siempre he opinado sobre el oficio desde una posición concreta y terminante en cuanto el ejercicio se hizo dependiente”, definió sobre la profesión en una entrevista publicada en La Quinta Pata.
También despuntó la ficción, poemas y cuentos. De reciente publicación se destaca "Cuentos de la medialuna y de la calle larga", sobre su querida Guaymallén.
Fue militante de la Liga Argentina por los Derechos Humanos y compartió amistad con Armando Tejada Gómez, Oscar Matus, Ángel Bustelo, Tito Francia, Mercedes Sosa, entre tantos otros con los que formó la urdimbre de la cultura de Mendoza.
En La Quinta Pata, del cual fue fundador, publicaron el poema que le dedicó su amigo Armando Tejada Gómez:
Lugar de origen
Si puedo en estos días,si lo azul permanece delante de nosotrosy yo ordeno los últimos papeles de la vida,partiré como siemprearreando el estampido de la luz primerizay volveré a los largos lugares del silenciodonde pace el país su desconsueloy nadie se detieneporque la paz muy grande carece de sentidoy tanta soledadse enfurece y castiga al andariego breve,al que ni va ni viene,puesto que desconoce los rostros y las vocesy como es natural, la distancia le dueledesoladoramente,en los huesos le duele,porque él no sabe, pobre, que es un rico muy pobrey ha quedado a merced de la intemperie.Nosotros los miramos pasar entre los vallesdevorando paciencia,urgido de sí mismo sobre su rauda máquina,blasfemando a los ríos que le cortan el hipopara que mire afueray se sienta la sangre como un niño que vuelveal útero expectante de la naturaleza.Es inútil. Él pasay el tiempo se lo come,velozmente hacia adentro se comen mutuamentey como es natural, entre fantasmas,lo que queda durando es pura polvoreda.A mi comadre, entonces, se le ríen los ojosdesde antes que su boca desparrame la risay mientras pela choclos o recorta el zapallose le ve cómo piensa en su eternidad maciza:—canta esa del olvido, me dice interrogándomey desde mi guitarra escarbo en la ceniza.Si, como tantas veces,despejo la humareda de estos asuntos míosy salgo indemney puedo volver a los caminos,subiré hasta los climas de los cielos inmóvilesdonde América existe con nombre y apellidopara llegar a tiempo y mejor que invitadoel guschalocro rubio, al toro contenidoen las crepitaciones moradas de las videsdonde impera el crepúsculo palpitante del vinoy estará Ramón Ábalo con un puño en tumultolamentando el asado en que no estuvey doña Amelia entonces dirá que no envejezcoy estoy como salido de la lluvia en octubre;en tanto yo pregunto por María Cristinacon un pie en la nostalgia y el recuerdo en otoño.Que es cuando llega Ángel Bustelo y poneun Lambrusco del año que salvó de los últimoscogollos de septiembrey cantan celebrando la brasa y el rescoldoel Chinchul Orellano, Casciani, Barrionuevoo el Armando Talanquenca que nació sin medidadentro de una tonada borracha de horizontey luego, tras la cuenca de la Chiquita Almada,como todo está ardiendo tomamos un caldillopara que fuego y fuego acorralen al diabloy uno mire esos ojos y olvide lo que ha visto.Porque ya Samuel Werner ha empezado otro asado—No vaya a ser que lleguen los de la Media Luna…—Esos le dan al diente como jóvenes náufragosY la luna está loca sobre los Carolinos.Si estos meses me dejan, si logro desatarmede las artes y oficios por los que sobrevivo,volveré al alto Cuyo donde mi corazóntiene ya cinco siglos con nombre y apellido.El poema pertenece al libro “Canto popular de las comidas“, Editorial Casa de las Américas
Referentes de Derechos Humanos como el MEDH recordaron la trayectoria de Ábalo: "Transitó sabiamente cada instante de su vida. Siempre pegado a sus convicciones, militando cada lucha que se ubicara del lado del Pueblo. Todxs hemos aprendido de él, todxs nos hemos nutrido de su lucha y coherencia. Referente infaltable al pensar el movimiento de Derechos Humanos en Mendoza. Sus enseñanzas nos acompañarán por siempre y atesoramos esa lucha para llevarla como bandera".
El Espacio Para la Memoria, exD2, recordó palabras del propio escritor: "Asumo la vejez sin drama alguno, como también el momento del hábito último porque la muerte es apenas un instante. Hasta entonces, la práctica de un hedonismo a full: asados, vino, mate, cigarrillos, guitarreadas y revoluciones entre las viñas y más allá. Y el ejercicio del amor. Un final a todo o nada".
También H.I.J.O.S. sepronunció sobre su partida: "Con mucho dolor despedimos a Ramón Ábalo, referente de La Liga Argentina por los Derechos del Hombre, incansable luchador y defensor de los Derechos Humanos. ¡Hasta siempre querido Negro!¡Hasta la victoria siempre!".
El Sindicato de Prensa, del cual fue dirigente, se sumó a la despedida en las redes:
El Sindicato de Prensa de Mendoza lamenta el fallecimiento de Ramón Ábalo, periodista e incansable luchador por los derechos humanos, quien fuera dirigente de esta institución en los años 50.
— SiPreMza (@SiPreMza) November 10, 2019
Ábalo será velado hasta las 10 de este lunes en Godoy Cruz 1063 de San José, Guaymallén, en el "Velatorio Zapata".