Este lunes 3 de mayo arranca el segundo juicio por los abusos cometidos en el Instituto Próvolo, en Luján, contra niños y niñas hipoacústicos. En la causa causa hay nueve mujeres imputadas, entre ellas las monjas Kosaka Kumiko y Asunción Martínez.
Las otras imputadas son Graciela Pascual Ivars (era la representante Legal del Instituto),
Gladys Edith Pinacca Andrade (directora del Instituto Próvolo entre 1997-2008), Cristina Fabiana Leguiza Funes (directora del instituto entre 2008-2010), Valeska Elizabeth Quintana Valenzuela (directora del instituto entre 2013-2017), Laura Alejandra Gaetan Sicardi (directora del instituto entre 2010-2013), Cecilia Alejandra Raffo Andreotti (psicóloga), Noemí del Carmen Paz Torrez (fue cocinera en el instituto).
Mientras que a Kumiko se la acusa por participe primaria, corrupción de menores y abuso sexual simple, al resto de las imputadas se les endilga participación necesaria en términos de comisión por omisión en diferentes grados y responsabilidades.
El proceso agrupa tres causas que fueron unificadas y se llevará adelante en modalidad será semipresencial. Se calcula que tendrá una duración mínima de 5 meses.
El tribunal está compuesto por Horacio Cadile, Gabriel Urciuolo y Rafael Escot y por la fiscalía actuarán Alejandro Iturbide y Gustavo Stroppiana.
En febrero de 2020 se realizó la audiencia preliminar donde se leyó la parte formal de las acusaciones y se extrajeron los datos de las imputadas, y como la causa tiene muchas fojas de actuaciones, la misma demandó varias horas, y requirió dos nuevas audiencias, que se demoraron por la pandemia.
En junio se retomó el proceso con los planteos previos y nulidades, y, una vez completado ese paso, comienza en abril el debate propiamente dicho.
Por este mismo caso, en un juicio que marca precedente en el mundo, la justicia mendocina condenó el 25 de noviembre de 2019 a los sacerdotes Horacio Corbacho y Nicola Corradi a la pena de 45 y 42 años de prisión, respectivamente, y al jardinero Armando Gómez a 18 años de cárcel acusados por abusos sexuales y corrupción de menores a niños con hipoacusia en el Instituto Antonio Próvolo de Mendoza.