Las aguas frente a la célebre plaza de San Marcos son atravesadas por cruceros, algunos de los cuales tienen la altura de un edificio, lo cual genera protestas en algunos sectores que pretenden impedir su circulación.
Con el ejemplo de la tragedia del Costa Concordia bien fresco y el turismo como recurso económico clave, los venecianos multiplican sus acciones para protestar contra la llegada a Venecia, día tras día, de los grandes cruceros de todo el mundo.
A la frágil "ciudad de los canales" cada día llegan o parte auténticos "monstruos". Las aguas frente a la célebre plaza de San Marcos son atravesadas por cruceros, algunos de los cuales tienen la altura de un edificio, un peso de 40 mil toneladas y con a bordo hasta 15 mil personas, entre pasajeros y personal. Durante el fin de semana hubo un par de iniciativas muy claras en esta lucha anti-cruceros.
Un grupo de jóvenes se lanzó a las aguas en medio de la ciudad, precisamente para llamar la atención sobre el problema.
Al mismo tiempo, el célebre fotógrafo Olivero Toscani presentó un proyecto que dio de que hablar. "Debemos salvar a Venecia -la única ciudad-museo sobre el agua del mundo- de la locura del tráfico de estos gigantescos barcos", destacó Toscani, que para contar los riesgos a los que está sometida la ciudad, ha decidido difundir por el mundo, a través de diferentes medios, imágenes que "demuestren la locura que es hacer pasar los cruceros por Venecia".
Otro italiano famoso que está en primera línea en esta lucha es el cantante y show-man Adriano Celentano, quien días atrás compró una página entera en el Corriere della Sera para denunciar lo que ocurre en la ciudad del Canal Grande, de la que -advirtió- no quiere ver antes o después el funeral.
Frente a tanta presión, el gobierno italiano aseguró que antes de que termine octubre tomará una decisión al respecto.
A la espera de que la decisión sea tomada, los venecianos siguen asistiendo al desfile de los buques frente a sus narices: el sábado pasaron por ejemplo por la ciudad cinco cruceros enormes. Desde hace unos días se mantiene una pelea entre aquellos que aceptan el paso de los cruceros y los activistas que se oponen a ello.
"El accidente del Costa Concordia ocurrió en mar abierto y en condiciones diferentes a las que hay en un puerto en una dársena como en Venecia, que tiene aguas poco profundas. Los barcos deben seguir una línea muy estrecha", dijo recientemente a la prensa Filippo Olivetti, del Comité de Cruceros de Venecia.
Por otra parte, el activista contra los cruceros, Silvio Testa, opinó que "la solución es cambiar el modelo".
"Hay que dejar entrar en la laguna únicamente a los cruceros compatibles con las necesidades de la localidad y sus habitantes y dejar a los demás fuera", comentó.
Los activistas incluso llegaron a llevar sus protestas al aeropuerto para que los turistas puedan conocer la situación.
Fuente: ANSA