Dos comisarios misioneros fueron relevados de sus puestos sospechados de organizar orgías con menores

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La investigación sobre los dos jefes policiales de la provincia de Maurice Closs es la punta de lo que se supone una organización delictiva de policías con lazos con la mafia china. 

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Un escándalo mayúsculo sacude los cimientos de la policía misionera. Dos comisarios fueron relevados de sus puestos por estar sospechados de haber participado en orgías con menores de edad en el casino-hotel de Oberá.

Se trata del comisario mayor Héctor Daniel Cabaña, quien se desempeñaba como jefe de la Unidad Regional XI de Aristóbulo del Valle, y del comisario inspector Miguel Ángel Espíndola, que cumplía funciones en la Unidad Regional II.

Ambos estarían involucrados en la organización de fiestas sexuales con adolescentes, entra las que se encontraría una chica de 16 años, hija de otro policía. Si bien en un principio los policías intentaron minimizar el tema ante sus superiores, su situación empeoró porque el caso llegó al despacho de la jueza de Instrucción 1 de Oberá, Alba Kunzmann de Gauchat, que el jueves pasado recibió al jefe de la Unidad Regional II, comisario mayor Celso Gazano, y al titular de Asuntos Internos de la Policía, comisario general Tomás Arturo Oviedo, que le acercaron el informe reservado que la fuerza preparó para intentar esclarecer el caso y salvar la imagen de la institución.

El fiscal Elías Bys explicó a Tiempo Argentino que, por el momento, "estamos investigando sobre un informe de la Jefatura de Policía. Es prematuro ahondar en detalles porque nos encontramos en una etapa preliminar."

En este sentido, el comisario mayor Celso Gazzano confirmó que "la Jefatura de Policía inicia de oficio la investigación y la Dirección de Asuntos Internos nos solicita información y averiguaciones", y aclaró que los detalles de la investigación son confidenciales.

Gazzano advirtió que en caso de comprobarse la responsabilidad de los uniformados en el escándalo sexual, una de las posibles medidas sería pasarlos a disponibilidad.

Según las fuentes, en las últimas horas, los investigadores del caso avanzaron en la hipótesis de que en Oberá estaría funcionando una presunta red de complicidad que involucraría a otros oficiales, no sólo en cuestiones de índole sexual, sino también en negocios "poco claros".

Además, la causa podría revelar la presunta participación de civiles, empresarios y hasta periodistas en fiestas sexuales que se realizaban periódicamente en hoteles y casas particulares. Se trata de una pista que tienen los investigadores.

"Es un escándalo que no se sabe por dónde y cuánto va a explotar, por eso desde la Jefatura de Policía se dieron órdenes de investigar a fondo y no esconder nada. Tapar esto sería muy perjudicial para la institución", reconocieron las fuentes.

El temor de los jefes policiales es que las pruebas recolectadas revelen las íntimas conexiones entre los oficiales investigados y criminales extranjeros. Ocurre que en las últimas horas habrían aparecido hombres de rasgos orientales en las filmaciones de las cámaras de seguridad del hotel. Este hallazgo abonaría la teoría de que la policía misionera mantiene nexos con la mafia china, que habría desembarcado en Misiones para ganar dinero, amenazando a sus compatriotas comerciantes.

En esta línea, se sigue la pista de una posible conexión con una banda dedicada a la trata de personas con fines de explotación sexual, incluyendo el reclutamiento de menores de edad.

Lo cierto es que en Misiones corre el rumor de que hay una organización que opera en la zona centro y en la costa del río Uruguay. "Reclutaban a chicas humildes, carentes de todo, y les pintaban un mundo perfecto. Entraban en un circuito de casinos, hoteles y plata fácil", indicaron los investigadores del caso a este diario.

En ese contexto, la presunta participación de los comisarios relevados de sus cargos en las fiestas sexuales también habría quedado registrada en las cámaras del hotel.

Las fuentes señalaron que hay grabaciones que muestran a los oficiales en la sala de juegos del casino y luego en la pileta del hotel con varias señoritas y hombres asiáticos. También trascendió que en varios de los encuentros sexuales, participaron prostitutas contratadas en Foz de Iguazú, Brasil, por 500 dólares cada una.

Finalmente, ayer trascendió que inicialmente el sumario era de neto corte administrativo, porque uno de los dos oficiales tenía una fuerte inclinación al juego, circunstancia reglamentariamente prohibida, pero en el transcurso del expediente saltó el escándalo de las fiestas sexuales en el mismo hotel que solía frecuentar para despuntar el vicio. Por eso, ahora la estrategia de su defensa sería presentarlo como ludópata, en un intento por minimizar sus responsabilidades como funcionario público.

 

La versión del vocero de la fuerza

Carlos Rivero, vocero de la policía misionera, indicó que desde que las autoridades policiales se enteraron que había policías de Oberá involucrados en conductas inapropiadas para su investidura, la Jefatura dispuso que Asuntos Internos iniciara una investigación y un inmediato traslado de los sospechosos. Rivero precisó que "estos dos policías de alto rango fueron en principio trasladados de lugar de trabajo, mientras la justicia ordinaria está haciendo su propia investigación".

"Los comisarios eran asiduos concurrentes a la casa de juegos, donde consumían alcohol hasta altas horas de la madrugada. Es más, un testigo afirmó que uno de los oficiales relevados asistía los siete días de la semana al casino, apostando fuertes sumas en efectivo", dijeron fuentes del caso.

 

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