Por Orlando Ragusa
Especial para EXPLÍCITO
Un poco de historia sobre los ataques armados que sufrió Rusia desde Occidente. El primero registrado fue en el siglo XIII por parte del poderoso ejército de la Orden de los Caballeros Teutónicos, que nació como una fuerza deque combate compuesta por monjes guerreros que integraron los contingentes cristianos de las cruzadas a Tierra Santa. De regreso a Europa el Papa le encomendó a la Orden la tarea de librarla de herejes el Este de ese continente. Partieron a lo que hoy es el centro de Alemania, fundaron ciudades y marcharon contra Polonia, los estados bálticos y la naciente Rusia. Allí, en el lago Neva, el líder Alejandro Nevski le propinó a los Teutónicos una paliza histórica. Esa derrota fue el preámbulo de la disolución de la orden que, por sugerencia del Papa, se secularizó y fundó el ducado de Prusia, germen remoto del futuro estado alemán.
En el siglo XVIII el belicoso rey Carlos XII de Suecia atacó a Rusia, gobernada por Pedro el Grande. El zar ruso se puso al mando de sus tropas y una batalla decisiva derrotó al rey sueco quien herido logró asilo en Estambul, donde permaneció un lustro antes de volver a su país con la cola entre las piernas.
En 1812 el amigo del zar Alejandro con quien había firmado un tratado de paz y amistad el emperador de Francia Napoleón, avanzó contra Rusia con la llamada Grand Armeé. Ese ejército estaba compuesto por 600.000 soldados apoyados por 900.000 caballos y mulas. Una fuerza gigante comandada por el mejor estratega militar de esos años. El zar Alejandro llamó al serenísimo Kutusov, un viejo general ruso de la escuela nacional alumno de Subarov. El plan ruso fue dejar que Napoleón avanzara en el terreno sin que encontrara otra cosa que botín y alcohol. No había comida, forraje o abrigo. Finalmente la Grand Armeé llegó a Moscú previo derrotar a los rusos en la única batalla que dieron: en Borodino. Napoleón entró a una ciudad abandonada, sin pertrechos y en pocas horas más, en llamas. Los rusos incendiaron su capital de verano antes que dejarla en manos enemigas. Se inició la penosa retirada francesa. De los 600.000 hombres que invadieron Rusia, lograron volver solamente 90.000. Napoleón abdicó y su imperio se disgregó.
Unos 130 años después, la amenaza llegó desde Alemania. El ejército de Hitler que había derrotado a Francia, arrinconado a Gran Bretaña y ocupado casi toda la Europa occidental, en junio de 1941 atacó a la URSS, Unión Soviética heredera política de Rusia. Otro ataque no provocado e inesperado. Hitler y Stalin habían firmado el llamado pacto pirata para repartirse el Este de Europa y no entrar en conflicto. El ataque alemán fue devastador pero finalmente se frenó en diciembre de 1941. Sitiaron Lenigrado, tomaron Kiev y se estacionaron frente a Moscú. Allí en ese punto, el mariscal Georgi Shukov lazó una ofensiva de invierno que corrió a los alemanes más de 150 kilómetros al oeste de la capital. El peligro inminente había pasado. Así, luego de cuatro años de guerra y la pérdida de 27 millones de habitantes, Rusia derrota al IIII Reich y tomó Berlín.
En 2015, dos herederos políticos de los derrotados por Rusia, Francia y Alemania, van a Moscú a ladrarle al presidente Vladimir Putin por la crisis de Ucrania, lo amenazan con sanciones económicas y actúan como matones. Ya cobraron una vez. Si bien la evolución histórica cambia los escenarios no cambia las actitudes humanas en tan poco tiempo como un par de centurias.
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No es buena idea acorralar a un país que posee más de 2.500 armas termonucleares con lanzadores de máxima precisión y un número no determinado de DTN(Dispositivo Táctico Nuclear) es decir bombas atómicas de bajo poder para usar en campos de batalla. Además, desde la primera presidencia de Putin, la estrategia general de Rusia cambió. El rodillo ruso, las grandes masas de tanques y de infantería ya no se utilizan. Las Fuerzas Armadas rusas están altamente tecnificadas, están compuestas por unidades de rápido desplazamiento, muy entrenadas y con nuevas armas de cuarta y quinta generación.
La Armata, nueva familia de blindados de quinta generación, no tiene comparación en Occidente. Uno de sus tanques de crucero lleva la tripulación en un compartimiento muy acorazado que opera la torre con las armas por control remoto a través de sistemas de presentación de datos en pantallas. Lo mismo ocurre con la fuerza aérea. Los cazas polivalente de la planta Sukhoi son elementos de quinta generación superiores a cualquier avión occidental y además, más baratos.
En el terreno de sistemas de armas antiaéreas, el SS 500 puede adquirir y derribar blancos a más de 200 kilómetros de distancia incluyendo satélite o pequeñas naves espaciales que estén en ese rango de alcance.
Rusia desarrolló bombas termobáricas y de vacío de gran poder y posee el único bombadero de largo alcance supersónico.
En el terreno de las represalias económicas, si la UE ahoga a Rusia con medidas graves es posible que Moscú responda, por ejemplo, cerrando el gasoducto de Gazpron, la empresa estatal que suministra todo el gas industrial y semi industrial que consume Alemania. Además en pleno invierno boreal.
Es obvio que la crisis de Ucrania es solamente una excusa. El actual gobierno de Kiev es producto de un golpe de estado que Europa ignoró y que Estados Unidos se apuró a avalar. La preocupada Merkel, ex comunista de Alemania del Este, destila resentimiento por todos sus poros. Que son muchos. En una declaración propia de un dictador anticipó su actitud punitiva contra Grecia si ganaba la izquierda. Bueno, ganó la izquierda luego del fracaso de la derecha y aliados y Merkel ya anunció medidas durísimas contra esos griegos que pretenden vivir generando sus propias políticas económicas y tratando de contener a los millones que el programa de ajuste dejó en la calle.
Si Francois Hollande y Angela Merkel esperan asustar a Putin se equivocan. Si detrás de los europeos está Estados Unidos: veremos el resurgimiento de la Guerra Fría.
La humanidad merece algo mejor que las conjuras permanentes de estos llamados paladines de la democracia que saltan si otro partido gana las elecciones con las leyes impuestas por los “democráticos”. No quieren que cambie nada porque se benefician en este sistema de especulación permanente y de recambio de figuritas del mismo equipo.
El nacimiento no institucional del BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) es una bocanada de aire fresco. Los esfuerzos de Argentina por incorporarse a ese club es un mérito y abre una ventana a un mundo parecido a nosotros.
Esta historia recién empieza y los protagonistas no están en las pantallas de tu TV ni en las páginas de los medios hegemónicos. Metete en internet y buscá el mundo BRICS. Te vas a asombrar.