Con más dudas que certezas terminó la anunciada primera reunión del gobernador Francisco Pérez y el electo Alfredo Cornejo con ejecutivos del Banco Nación con el fin de negociar un salvataje para Mendoza a cambio de la renovación del contrato que liga a la entidad como agente financiero del Estado provincial.
Lejos de avanzar en la gestión de un crédito para atender un déficit provincial que ronda los 6.000 millones de pesos, el peronista que gobierna la provincia y el radical que lo sucederá chocaron con la negativa de las autoridades del Banco Nación a aceptar parte de un paquete de condiciones que pretende imponer Cornejo antes de prorrogar la relación contractual de la Provincia con su actual agente financiero. Pérez había bajado las expectativas en el encuentro antes de viajar a Buenos Aires.
El gobernador electo pretende que la entidad bancaria, además de financiar el déficit, disponga líneas especiales de crédito para los mendocinos, tanto para la construcción de viviendas de clase media como para asistir a los empresarios. Para atender el déficit provincial, Cornejo pretende que el Nación gire unos 5.800 millones de pesos antes de diciembre que serían devueltos por la Provincia en cuotas a 10 años con tasa de interés preferencial.
Al término del cónclave de este lunes, desde el radicalismo pintaron un oscuro panorama para la negociación de fondo con el Banco Nación, mientras el gobernador en funciones consideró que el encuentro sirvió para exponer la situación financiera actual de Mendoza y dejar abierta una negociación que seguirá abordándose en reuniones futuras.
