El intendente radical Rodolfo Suárez consiguió la aprobación del Código de Convivencia para la Ciudad de Mendoza con los votos de su bancada y los del Partido Demócrata y el Pro, mientras el Frente de Izquierda y los Trabajadores y el PJ votaron en contra. Los artistas callejeros de la Ciudad resistieron hasta el momento de la votación con distintos actos desplegados frente a la Legislatura y en el Concejo Deliberante capitalino.
El debate en ese sitio fue más extenso que los ordinarios de los concejales de la Ciudad, pero terminó como se esperaba: con el abroquelamiento del bloque que integran gansos y macristas con el radicalismo que gobierna. El Código prohíbe toda manifestación popular sin permiso previo de la comuna en líneas generales. Y en ese tren le da facultades discrecionales a las autoridades de turno para dejar hacer o no.
"Proyecto de Ordenanza Fomentando y Garantizando la Convivencia Ciudadana en el Espacio Público de la Ciudad de Mendoza", tituló el Ejecutivo municipal a la norma con la que se ganó el rechazo de los artistas que tienen en la calle su escenario para ganarse la vida.
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Lo más cuestionado del proyecto fue el artículo 13, que establece: "Ocupaciones de la vía pública: Toda ocupación de la vía pública, con cualquier carácter temporal o comercial si lo hubiere, queda sometida a la obtención del permiso precario correspondiente, en las condiciones y con los requisitos que exijan las ordenanzas municipales. Queda prohibido en todo el ámbito terrestre o aéreo de la Ciudad de Mendoza la emisión de sonidos con fines publicitarios. Aquellas ocupaciones de vía pública no previstas en las Ordenanzas Municipales tales como mimos, músicos o cualquier otro tipo de artista callejero, podrán ser autorizadas por el Municipio de forma individual y temporaria".
Macarena Escudero, concejal del FIT, fue desde las bancas la única voz discordante 100% con la letra de la ordenanza por considerarla excesivamente prohibicionista. El intendente y su tropa aseguraron que es regulatoria no prohibicionista, pero la representante de la izquierda les advirtió que "en todos los artículos aparece la palabra prohibir".
En cambio, el ciurquista Sebastián Tapia les pidió a los radicales más tiempo para hacer una audiencia pública antes de votar la ordenanza, con la que advirtió que no estaba en desacuerdo pero consideró que sin consultar a los vecinos no debía resolverse la cuestión.
Producción fotográfica y video: Ziga / Explícito
