El Gobierno de Mendoza apuró la difusión de un informe del Conicet que descarta de plano que conlleve riesgos para la salud de la población la presencia de una sustancia contaminante detectada en el ambiente durante una investigación de ese organismo en conjunto con la UNCuyo. El lunes se conoció por los medios que en el marco del trabajo científico se había hallado en Mendoza PBDE (un tipo de retardador de fuego usado en la industria) en bajas concentraciones.
La noticia sorprendió a las autoridades provinciales sin datos sobre la cuestión. La reacción inmediata fue pedirle al Conicet precisiones sobre el hallazgo y los riesgos potenciales de la sustancia que es utilizada por ejemplo en la fabricación de electrodomésticos, vehículos y textiles. El químico peligroso para el ambiente y la salud humana sirve para mermar el poder ignífugo de algunos materiales, como el plástico.
La investigación que permitió la detección de PBDE en Mendoza es dirigida por la doctora Nerina Belén Lana, del Conicet, quien garantizó que la cantidad encontrada en el ambiente “no constituye un riesgo para la salud de los mendocinos”, de acuerdo a la información entregada este martes a la prensa por el Ministerio de Tierras, Ambiente y Recursos Naturales, a cargo de Guillermo Elizalde.
A petición de la cartera provincial, Lana escribió: "Los primeros resultados obtenidos en el grupo de investigación reportan el hallazgo de bajas concentraciones de PBDE (un tipo BFRs) en un número reducido de las muestras analizadas. Los niveles hallados se encuentran muy por debajo de los valores reportados en países industrializados y asumimos que en las concentraciones actuales no representan un riesgo para la salud ni el ambiente".
El Conicet aclaró que los retardadores de llama (BFRs) son sustancias que se agregan, por razones de seguridad, en algunos tipos de plásticos para disminuir sus propiedades de inflamabilidad y evitar la ignición de los mismos. Debido a sus propiedades físico‐químicas, una vez que los BFRs abandonan el polímero se adhieren a partículas atmosféricas que son transportadas por corrientes de aire o agua sin sufrir mayores alteraciones.
“Por esta razón -agregó el informe remitido desde el Conicet- son considerados compuestos ambientales persistentes y de amplia dispersión. Como ejemplo, cabe mencionar que no solo se los puede hallar en cercanías de centros urbanos sino también en áreas remotas, alejadas y con escasa o nula actividad humana lo que demuestra la persistencia y capacidad de acumulación en el ambiente”.
Aclaración del Conicet a pedido del ministro Elizalde
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