El cubano Leonardo Padura conquistó el Premio Princesa de Asturias

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Con una obra que recorre todos los géneros de la prosa y se funde en el mestizaje de la identidad cubana, el escritor Leonardo Padura ganó este miércoles el Premio Princesa Asturias de las Letras 2015, que obtuvo por méritos como su interés "por escuchar las voces populares y las historias perdidas".

"Desde la ficción, Padura muestra los desafí­os y los lí­mites de la búsqueda de la verdad", sostuvo el presidente del jurado, Darí­o Villanueva, al leer el acta de concesión del premio, al que optaban 27 candidaturas de 18 paí­ses.

El escritor nacido hace 59 años en el barrio habanero de Mantilla es un novelista y periodista conocido especialmente por su serie de novelas policiales protagonizadas por el detective Mario Conde, un hombre melancólico que lleva una vida caótica, descarriada por su afición al alcohol y acaso por la frustración que le genera no haber triunfado como novelista.

"Mario Conde es como una condensación de muchos de los rasgos de mi generación. Es una metáfora de ella. En él hay mucho de autobiográfico por lo mismo que es un personaje generacional y porque funciona como mi vehí­­culo para mirar y reflejar la realidad cubana de estos años. Eso no quiere decir que sea un alter ego: pero es alguien muy entrañable y cercano, tanto que creo que cada vez me parezco más a él", destacó el escritor en marzo pasado durante una entrevista con Télam.

Padura, que además tiene la nacionalidad española desde 2011, refleja a través de sus novelas el desencanto de su generación, que entrelaza con la crí­tica a la sociedad y al gobierno de Cuba, donde continúa residiendo a pesar del tono de su obra.

En sus textos fluyen matices de la identidad cubana como el origen del ron Bacardí­, las leyendas de santos populares, de ingenios azucareros, la vida del proxeneta más célebre o personajes clave de la sociedad prerrevolucionaria.
Padura, que inició su carrera como periodista, ha tocado un sinfí­n de géneros que incluyen desde la novela al cuento pasando por entrevistas, guiones cinematográficos o ensayos.

Un autor "arraigado en su tradición y decididamente contemporáneo; un indagador de lo culto y lo popular; un intelectual independiente, de firme temperamento ético", según el jurado -integrado entre otros por el escritor y periodista mexicano Juan Villoro- que lo consagró como flamante ganador del Princesa de Asturias, que el año pasado recayó sobre irlandés John Banville.

Riguroso en las investigaciones que articulan sus libros, Padura es conocido por su habilidad para combinar registros de la novela histórica, social y policial, que confluyen en un una obra que reflexiona sobre los lí­mites de la libertad individual y las resignificación del ser libre según las diferentes sociedades a lo largo del tiempo.

Nacido el 9 de octubre de 1955, el escritor fue a la universidad en los años 70, se hizo periodista, se embarcó hacia la guerra de Angola -aunque no para combatir sino para hacer algún trabajo administrativo- y en 1980 escribió para la revista literaria El Caimán Barbudo y el periódico Juventud Rebelde, antes de dedicarse a la narrativa.

Cuatro años después escribió su primera novela, Fiebre de caballos, publicada en 1988, a la que le siguió al año siguiente, Lo real maravilloso.

En 1995 decidió mandar el manuscrito de "Máscaras" al premio Café de Gijón, que finalmente ganó y marcó el comienzo de su circulación internacional.

Padura es portador de una obra que se bifurca en dos direcciones: por un lado la saga de novelas policiales protagonizadas por Mario Conde -relatos donde el encanto no está tanto en la trama sino en el paisaje- y por el otro la gama de textos que echan raíces en la crónica y la biografía: allí se alistan La historia de mi vida, El hombre que amaba a los perros -un seguimiento del asesino de León Trotski- y los relatos de Aquello estaba deseando ocurrir, donde narra los años de combate en Angola.

El nexo subterráneo de estas historias es la encrucijada de los cubanos que no saben si irse o si quedarse en la isla, frente a la que él mismo ha tomado partido quedándose a vivir en la casa que pertenece a su padre, en las afueras de La Habana.

Padura ha publicado, entre otras, Pasado perfecto, Vientos de cuaresma, Máscaras, Paisaje de otoño, Adiós, Hemingway, La neblina del ayer y La cola de la serpiente, protagonizadas por el detective Mario Conde y por las que ha recibido numerosos galardones.

Su último libro publicado en la Argentina es "Aquello estaba deseando ocurrir", una antologí­a personal de relatos donde vuelve a la realidad cubana para decodificarla en textos escritos a lo largo de 25 años, donde se reiteran sus obsesiones y los sentimientos encontrados que expresan los que se van y los que se quedan en Cuba.

"Me gusta ser un cronista de mi tiempo, tanto cuando hago literatura como cuando hago periodismo, tanto cuando escribo un cuento sobre un tema muy del presente como cuando me voy a otros tiempos históricos para colocar personajes y crear conflictos en algunas de mis novelas, pues veo la historia como un espejo del presente que nos ayuda a entenderlo mejor", aseguró a Télam.

Además del Premio Nacional de Literatura y del Premio de la Crí­tica Literaria de Cuba, ha sido reconocido con galardones como Café Gijón en 1995; Hammett en 1997, 1998 y 2005, o el de la Asociación Internacional de Escritores Policíacos.

Poseedor de la Orden de Artes y Letras de Francia, tiene también los premios Francesco Gelmi di Caporiacco 2010, Carbet del Caribe, Prix Initiales y Prix Roger Caillois, así­ como el galardón a la mejor novela negra de las letras italianas Raymond Chandler.

Fuente: Télam

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