El grupo Estado Islámico (EI) se apoderó este jueves de la totalidad de la histórica ciudad de Palmira, en el desierto sirio. Con la toma de este oasis fronterizo con Irak, el EI controla “ya más de 95.000 km2 en Siria, el 50%” de Siria”, señaló el Observatorio Sirio de los Derechos Humanos (OSDH).
Horas más tarde el OSDH anunció que EI había tomado el control del último puesto de la frontera sirio-iraquí aún en manos de las fuerzas gubernamentales.
“Los combatientes del EI están en todos lados en Palmira, también junto al sitio arqueológico” situado en el suroeste de la ciudad, dijo a la afencia AFP Rami Abdel Rahman, director del OSDH.
El gobierno de Al Asad reconoció su derrota a través de la agencia oficial Sana, asegurando que las tropas leales a Damasco “se retiraron tras la entrada de un gran número de terroristas del EI” en la ciudad.
Rami Abdel Rahman indicó que una parte de los habitantes de la ciudad se habría desplazado a Homs, capital de la provincia central del mismo nombre, de la que forma parte Palmira mientras que otros habrían permanecido en sus casas.
La agencia Sana aseguró que la mayoría de los civiles habían sido evacuados.
Palmira tiene más de dos mil años durante los cuales cultivó la cosecha arqueológica del presente con sus célebres ruinas, inscritas como patrimonio mundial de la Unesco.
En un vídeo difundido en línea el jueves, la directora general de la Unesco, Irina Bokova, advirtió de que “toda destrucción en Palmira sería no solamente un crimen de guerra, sino también una enorme pérdida para la humanidad” y reiteró su llamada al Consejo de Seguridad de la ONU para que se implique.
Antes de la crisis iniciada en 2011, las ruinas de Palmira recibían 150.000 turistas al año.
Desde el inicio de la ofensiva el 13 de mayo, la batalla de Palmira ha dejado 462 muertos, según un balance del OSDH: 71 civiles (muchos ejecutados por el EI), 241 soldados sirios y 150 yihadistas.
Además de controlar la mitad del país, el grupo yihadista se ha apoderado de todos los campos petrolíferos y de gas en Siria, tras la toma de dos instalaciones de gas cerca de Palmira.
El EI ya tiene la mayor parte de las provincias de Deir Ezzor y Raqa (Norte), y una fuerte presencia en Hasaké (Noreste), Alepo (Norte), Homs y Hama (Centro).
En la ciudad de Alepo, unos 40 rebeldes islamistas murieron este jueves en un bombardeo de las fuerzas del régimen sirio, según el OSDH. Los rebeldes habían almacenado obuses en la base bombardeada, lo cual amplificó la explosión, precisó el OSDH.
La ciudad de Palmira es estratégica para el EI porque está situada en el gran desierto sirio, limítrofe con la provincia de Al Anbar en Irak, que los yihadistas controlan en gran parte.
El jueves, las fuerzas iraquíes apoyadas por las milicias chiitas se preparaban para lanzar una contraofensiva para recuperar Ramadi, capital de esta provincia de Irak caída en manos del EI el 17 de mayo.
Estados Unidos reconoció el miércoles que estaba reexaminando su estrategia en Irak tras la toma de esta ciudad, la victoria más importante del EI desde la ofensiva de junio de 2014 en la que se hizo con grandes territorios de Irak y Siria.
El presidente estadounidense Barack Obama dijo que las pérdidas de territorio en Irak frente al grupo EI son un retroceso, pero insistió en que la guerra contra la organización yihadista no se está perdiendo.
“Hubo un revés táctico, eso es indiscutible, aunque Ramadi era vulnerable desde hace largo tiempo”, precisó el mandatario, aludiendo a la caída de la capital de la provincia iraquí de Anbar.
La jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini, advirtió por su parte que las “matanzas y la destrucción deliberada del patrimonio arqueológico y cultural en Siria e Irak” puede constituir un “crimen de guerra”.
Por último, el presidente francés François Hollande instó a “luchar contra” el EI y a “encontrar una solución política en Siria”.
Fuente: AndresRepetto.Tv