El juez de Apelaciones está acusado de ser cómplice de torturas y homicidios. Será juzgado por su pasividad durante la ejecución de los crímenes y, luego, ante las causas que se constituyeron.
El ex juez federal de la Cámara de Apelaciones de Mendoza, Carlos Pereyra González se entregó a la Justicia de San Luis en el marco de una causa que investiga su responsabilidad en la tortura y asesinato de personas en la última dictadura siendo funcionario judicial de la provincia vecina. El funcionario estuvo técnicamente prófugo mientras decidió una estrategia frente al pedido de detención que hizo la Justicia de San Luis.
Pesaba sobre él un pedido de captura por el cargo de homicidio por omisión, pero en primera instancia no se lo pudo ubicar ni en su domicilio ni en un hospital donde supuestamente acompañaba a su esposa.
El ex juez está acusado de haber sido cómplice de delitos de lesa humanidad durante la dictadura cívico militar mientas se desempeñaba como secretario de un juzgado puntano. Al ser requerido por la Justicia para juzgarlo, presentó un escrito con una eximición de prisión por problemas de salud de su esposa.
La justicia puntana también ordenó la captura del ex juez Eduardo Allende y del ex fiscal Hipólito Saá, quienes ya están alojados en una dependencia federal.
