Se espera que la Presidenta esté en el desayuno de la Coviar y el Carrusel. Macri y Scioli venían pero se arrepintieron. Habrá fuerte presencia de gobernadores kirchneristas.
Como todos los años, en la previa del día D de la Fiesta Nacional de la Vendimia surgieron en los últimos días algunas especulaciones y otras confirmaciones sobre las personalidades de la política nacional que estarán y las que no se verán en los actos oficiales. La mayor ambición del gobernador Francisco Pérez es tener a la presidenta Cristina Fernández desde el viernes en la tarde o bien el sábado en la mañana en Mendoza, pero se especula que recién el jueves o el viernes se conocerá la decisión de la mandataria.
Quienes ya dieron el sí al gobernador mendocino fueron los gobernadores de la región Andina con los que firmó el acuerdo vitivínicola por el mosto, el sábado pasado en San Juan, durante la Fiesta Nacional del Sol. Estos son, el sanjuanino José Luis Gioja, el riojano Luis Beder Herrera y la catamarqueña Lucía Corpacci. También se espera la presencia del salteño Juan Manuel Urtubey, la envidia de más de uno de sus pares porque pudo cerrar un acuerdo salarial con los docentes de su provincia antes del inicio de clases.
Sin Macri ni Scioli
El jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, tenía todo planeado para desembarcar con su campaña presidencial 2015 en Mendoza para la Vendimia, tal como lo hizo en San Juan en la apertura de la Fiesta Nacional del Sol. Pero la experiencia en la vecina provincia fue negativa: Gioja lo trató de "desubicado" por los medios de la provincia y lo metió en una cámara de frío mientras en el acto oficial, en el que tuvo que esforzarse Macri para estrecharle la mano al gobernador sanjunino.
A Mendoza vendría invitado por el Partido Demócrata, con el que el porteño coquetea desde siempre, a veces con acuerdo y otras distanciado. Desde el PD deslizaron que finalmente se bajó de la Vendimia para no pasar por una situación similar a la que le tocó en San Juan.
El gobernador bonaerense Daniel Scioli también desistió de viajar a Mendoza, donde lo esperaba uno de sus aliados en una presunta aventura presidencial de cara a 2015: el legislador provincial Gustavvo Valls. La decisión de quedarse en su provincia sería también consecuencia del temor a algunos malos tratos a los que, supone, podría someterlo la militancia kirchnerista más extremista.