El ministro de Seguridad, Raúl Levrino, y el subsecretario de Relaciones Institucionales de esa cartera, Néstor Majul, justificaron en tándem la virulencia del operativo en Godoy Cruz en el cual agentes de la Policía de Mendoza golpearon, tomaron del cuello y redujeron con violencia a ciudadanos que participaban de la presentación de un video musical en una vivienda.
Ocurrió en la noche del viernes 25. El artista Don Turco había convidado a un grupo de amigos a la presentación de un video. Todo iba bien hasta que un vecino los denunció al 911. La irrupción de la policía terminó con lo que hasta entonces era un velada de disfrute.
Muchos se fueron del lugar cuando llegó el móvil policial, pero los que se quedaron padecieron una de las clásicas escenas de las que engordan el historial de la Policía de Mendoza. Las imágenes quedaron registradas en varios celulares y se viralizaron todo el fin de semana.
La estrategia de culpar a las víctimas
Ambos funcionarios protagonizaron este lunes un raid mediático que los mantuvo en escena en las horas calientes de producción noticiosa.
La estrategia tuvo dos fines: por un lado mostrar a la Policía de Mendoza activa en la Galería Tonsa (donde es vox pópuli funcionan cuevas de venta ilegal de dólares pero en realidad se hizo foco en la compra y venta de celulares) y por otro comunicar el respaldo del Gobierno a los policías del operativo violento, a la vez que se culpaba a las víctimas.
Entrevistado por radio Nihuil, en un tramo de su intervención Majul dijo que la escena en la que se ve a un grupo de policías con un joven al que le aplastan la cabeza contra el suelo es parte "de un protocolo mundial". A su turno, Levrino dio una conferencia de prensa en la que refrendó la defensa a los policías actuantes y negó que los uniformados vayan a ser suspendidos.
Tanto Levrino como Majul responsabilizaron a los asistentes a la velada artística por la violencia de los policías que acudieron al operativo. "La policía actuó correctamente, en función de las normas vigentes y legales, hubo acción de esta agente pegándole a la policía. Hay una desobediencia frente a un funcionario público. No voy a permitir que escupan ni agredan a la policía de Mendoza", sostuvo el ministro en rueda de prensa.
"¿Si al policía se la escupe, se lo pecha, se le tira de los pelos, se le pega... ¿No tiene que hacer nada? Llega un solo móvil y es recibido a las patadas y a las piñas... ", señaló el funcionario acerca de las imágenes que o dejan lugar a dudas sobre la reacción violenta de los agentes contra las personas que estaban en la celebración privada. Luego dijo que "ninguno acudió normalmente y hacer el procedimiento y dejar esposarse".
"Todo el mundo habla de los derechos, los derechos, pero también hay obligaciones", refrendó. Y aseguró que tiene filmaciones de presuntas agresiones contra los agentes, con lo cual justificó Majul una reacción.
Según Majul, se trataba de un operativo "habitual" de constatación de una denuncia de un vecino de que en la vivienda había "posible venta de estupefacientes" y "ruidos molestos".
"Acá todos cuando vieron el móvil salieron corriendo, también hay que ponerse en el lugar del policía", soltó. luego aseguró que no está definido si se va a suspender a los uniformados que atacaron a los ciudadanos. "No sabemos si los vamos a suspender, eso se tiene que investigar, nosotros vamos a aportar imágenes de las cámaras de seguridad".
Un clásico: tratar de que nadie filme la escena
Acerca del registro de las imágenes en el operativo de Godoy Cruz, se vio en el procedimiento cómo los policías intentan que no se grabe la escena, dando manotones a los celulares de quienes buscaban filmar lo que ocurría.
Ese es otro clásico de la Policía de Mendoza: una persona intenta filmar un abuso de la Policía de Mendoza en la vía pública. Los uniformados intentan impedirlo. Arremeten contra el que registra la escena.
Esta fórmula se repite en procedimientos policiales con más frecuencia de la que se supone, con distinta suerte en el desenlace: a veces el registro se salva, otras desaparece en la noche de los tiempos, como la memoria de la cámara de un fotógrafo que registró cuando Roberto Munives, ahora exjefe de la policía, la emprendía a patadas contra manifestantes en la plaza Chile en 2019.