El Gobierno pasó a disposición preventiva al custodio que más confianza tenía con el fiscal Alberto Nisman, quien se suma a los dos colegas que recibieron el mismo trato por parte de las autoridades el martes. Se trata de Rubén Benítez, quien declaró que lo aconsejó el día antes de su muerte por la compra de un arma.
El sábado por la mañana, horas antes de su muerte, Nisman llamó a Benítez, uno de los diez policías que tenía asignados para su protección, el de más confianza con él debido que llevaba más de 10 años a sus órdenes. Lo invitó a entrar en su departamento, algo que no solía hacer, y le pidió asesoramiento para comprarse un arma. Dónde podía conseguirla y cuánto le costaría. Quería tenerla en la guantera del auto cuando saliera con sus hijas, le explicó. Benítez le aconsejó una pistola. Quedaron en volver a hablarlo el lunes.
La decisión de separarlo se publicó en la Orden del Día de la Policía Federal, igual que ocurriera el martes con el suboficial Armando Niz y del sargento Luis Miño, los dos custodios que llegaron al edificio donde vivía Nisman, a las 11, del domingo 18, pero sólo comunicaron las novedades a sus jefes después de las 22.40, cuando ya se había encontrado el cuerpo del fiscal en el baño del departamento 13.
Una fuente de la Policía Federal no descartó que haya más integrantes de la custodia de Nisman pasados a disponibilidad. En total, eran diez los encargados de cuidar al representante del Ministerio Público.
Disponibilidad preventiva
La disponibilidad preventiva es una sanción administrativa y significa que hasta que no haya una resolución de la Superintendencia de Asuntos Internos los uniformados son separados de sus cargos, no pueden portar armas y tampoco tienen permitido hacer horas adicionales.
A los efectivos se les aplicó esta medida porque la fuerza consideró que hubo una falta grave, que actuaron con negligencia y que no informaron en el momento oportuno a sus superiores de que no podían ubicar en su departamento de Puerto Madero a Alberto Nisman.