Ese perfil, además de la pertenencia al ala progresista de la Justicia, ilusiona las expectativas del gobernador Francisco Pérez de activar cambios reales en un poder que desde hace una década se declara en permanente reforma, pero en los hechos todo sigue igual. El mandatario no se despegó del nuevo ministro del Tribunal Supremo durante la jura, acto que encabezó el presidente de la Corte, Pedro Llorente.
En la primera declaración como juez de la Corte, Palermo se manifestó comprometido con el mejoramiento del Sistema Penal Juvenil "para que los menores tengan menos Derecho Penal y más derechos y más protección y contención por parte del Estado". Una definición contundente del perfil garantista que cultivó desde sus inicios en la Justicia. Palermo asumió en la Corte sin quejas, ni siquiera los extremistas de la mano dura levantaron la voz para cuestionar sus fundamentos técnicos.
El ala progresista del ofiacialismo lo siente un juez del palo, como lo graficó el líder el MUP, Mariano Maure. "Celebramos sin duda la llegada de un juez progresista a la Suprema Corte", sostuvo el dirigente de la congregación de agrupaciones ultrakirchneristas Unidos y Organizados.