El Índice de Precios de los Alimentos que mide la FAO registró alzas del 3,9 por ciento mensual y del 32,9 por ciento anual en agosto. El índice se situó en un promedio de 127,4 puntos, 31,5 puntos más alto que hace un año.
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación explicó que el repunte de agosto obedeció a aumentos considerables en los subíndices del azúcar, los aceites vegetales y los cereales. Además, el mes pasado se revirtió una tendencia a la baja que permaneció por 12 meses.
Cereales
El índice de precios de los cereales de la FAO registró en agosto un promedio de 129,8 puntos, esto es, 4,3 puntos (un 3,4 %) más que en julio y 30,8 puntos (un 31,1 %) por encima de su nivel de agosto de 2020.
Las expectativas de reducción de las cosechas en varios de los principales países exportadores impulsaron la subida de los precios mundiales del trigo, que aumentaron 11,1 puntos (un 8,8 %) desde el mes anterior hasta ubicarse 41,5 puntos (un 43,5 %) por encima del nivel de hace un año.
Entre los demás cereales, las tendencias de los precios fueron dispares en agosto. Las perspectivas de una menor producción de cebada, especialmente en el Canadá y los Estados Unidos de América, y el efecto indirecto de la subida de los precios del trigo empujaron al alza los valores internacionales de la cebada, que aumentaron 10,9 puntos (un 9,0 %) desde julio hasta ubicarse 34,7 puntos (un 35,6 %) por encima del nivel de hace un año.
Los precios del maíz registraron un ligero descenso, de 1,3 puntos (un 0,9 %). La mejora de las perspectivas acerca de la producción en la Argentina, Ucrania y la Unión Europea (UE) moderó los efectos de la reducción de los pronósticos sobre la producción en el Brasil y los Estados Unidos de América.
Las cotizaciones internacionales del sorgo también cayeron —3,9 puntos (un 2,5 %)— en agosto, aunque siguen estando 45,5 puntos (un 43,3 %) por encima de las registradas en el mismo período del año pasado.
Los precios internacionales del arroz continuaron su trayectoria descendente en agosto, influenciados por los esfuerzos para promover las ventas al exterior, así como por fluctuaciones de los tipos de cambio.
Aceites vegetales
El índice de precios de los aceites vegetales de la FAO se situó en agosto en un promedio de 165,7 puntos, lo cual representa un repunte de 10,3 puntos (un 6,7 %) respecto del nivel registrado en julio, el más bajo en cinco meses. La recuperación obedeció principalmente a la subida de los precios de los aceites de palma, colza y girasol.
En agosto, las cotizaciones internacionales del aceite de palma volvieron a alcanzar sus recientes máximos históricos, fundamentalmente a causa de la extendida preocupación por una producción por debajo de su potencial y la consiguiente reducción de las existencias en Malasia.
Los precios del aceite de colza se vieron sostenidos por la firme demanda en la UE y las perspectivas de una reducción de la oferta mundial.
En cuanto al aceite de girasol, las cotizaciones internacionales se reforzaron notablemente tras dos meses consecutivos de caída, impulsadas principalmente por las limitadas disponibilidades exportables en la región del Mar Negro antes de la llegada de las cosechas de 2021/22 al mercado.
Los lácteos
El índice de precios de los productos lácteos de la FAO registró en agosto una leve baja mensual, pero manteniendo en alza el precio en términos anuales. Promedió 116,0 puntos, valor ligeramente inferior al de julio si bien todavía 13,9 puntos (un 13,6 %) por encima del valor registrado en el mismo mes del año pasado.
En agosto cayeron las cotizaciones internacionales de las leches en polvo, como consecuencia de la continua debilidad de la demanda mundial de importación de suministros al contado unida al aumento estacional de las disponibilidades exportables en Oceanía durante la nueva campaña de producción.
Las cotizaciones del queso subieron. Se sustenta el alza por el aumento de la demanda interna y la reducción de la oferta en Europa, aunque un ligero descenso de los precios en Oceanía debido al crecimiento de la producción mitigó las subidas. Los precios de la mantequilla también subieron ligeramente, empujados por la gran demanda de importación de entregas a corto plazo en Asia oriental.
La carne
El índice de precios de la carne de la FAO se mantuvo al alza. Se situó en agosto en un promedio de 112,5 puntos, cifra ligeramente superior a la de julio, con lo que el índice se ubicó 20,3 puntos (un 22,0 %) por encima del valor registrado en el mismo mes del año pasado. La FAO admitió dificultades metodológicas para establecer el índice de precios de la carne en comparación con el del resto de los productos básicos que incorpora el índice general.
Aumentaron las cotizaciones internacionales de las carnes de ovino y bovino, sobre todo gracias al elevado nivel de compras, principalmente de China, y a la limitada oferta de animales para el sacrificio en Oceanía.
Los precios de la carne de aves de corral también subieron. Fue debido a la sólida demanda de importaciones en Asia oriental y Oriente Medio y a la limitada expansión de la producción en algunos de los principales países exportadores a raíz de los elevados costos de los insumos y la escasez de mano de obra.
Los precios de la carne de cerdo cayeron. La causa central es el descenso continuo de las compras de China y la débil demanda interna en Europa en un contexto de ligero aumento de la oferta de cerdos listos para el sacrificio.
El azúcar
El índice de precios del azúcar de la FAO voló en agosto. Registró un promedio de 120,1 puntos, es decir, 10,5 puntos (un 9,6 %) más que en julio, lo que representa el quinto aumento mensual consecutivo y el nivel más alto alcanzado desde febrero de 2017.
La última subida de las cotizaciones internacionales del azúcar obedeció a la preocupación por el daño causado por las heladas a los cultivos del Brasil —el mayor exportador de azúcar del mundo—, lo cual se sumó a los efectos negativos de las condiciones atmosféricas secas prolongadas. Sin embargo, el descenso de los precios del petróleo y el debilitamiento del real brasileño frente al dólar de los EE.UU. impidieron mayores aumentos mensuales de los precios. Las buenas perspectivas sobre la producción en la India y la UE también contribuyeron a limitar la presión al alza sobre los precios internacionales del azúcar.