
El juicio a jueces, militares y policías de Mendoza por complicidad y ejecución de delitos de lesa humanidad hizo foco en las desapariciones de estudiantes de periodismo de la Escuela Superior de Comunicación Colectiva, que funcionaba en calle Belgrano de la capital mendocina y fue clausurada por el gobierno de facto, tras lo cual muchos de sus docentes debieron exiliarse y casi una decena de estudiantes fueron detenidos desaparecidos y asesinados.
Mientras que la semana próxima darán testimonio su ex director, Daniel Prieto Castillo; y ex alumnos y allegados a ese grupo como: Ramón Alberto Córdoba, Ana María Espósito Moretti, Eduardo Becerra, Ricardo Mur y Daniel Ubertone, en las últimas audiencias hablaron frente al Tribunal los hermanos Arnaldo y Zelmira Villegas testimoniaron sobre la desaparición de Edesio Villegas, quien estudiaba en la mencionada escuela, hacía un programa de economía en Radio Nacional y trabajaba en Prensa de Radio Nihuil cuando fue secuestrado. Además, era empleado de la Dirección de Comercio del gobierno provincial, delegado de esa repartición en ATE y militante peronista.
El 26 de marzo de 1976, según pudieron reconstruir por el relato de la familia que le alquilaba la vivienda a Edesio Villegas, una patota policial ingresó a la casa y lo secuestró durante la noche. En sucesivas ocasiones, el grupo de tareas volvió al lugar para rapiñar pertenencias.
En tanto, Raquel Moretti, estudiante de la misma Escuela Superior, era compañera de Edesio Villegas, y es una de las pocas personas que recordaron Arnaldo y Silvina Villegas.
Un dato importante que aportaron en su testimonio, fue la relación de la familia con un represor condenado a perpetua, en el tercer juicio por delitos de lesa humanidad en Mendoza. Se trata de Armando Fernández, agente policial perteneciente al esquema del D2, que era amigo de Arnaldo Villegas; oriundo de San Luis y a quien apodaba “Piquillín”. Actuaba como enlace de inteligencia desde esa dependencia, en coordinación con el también condenado Eduardo Smaha.
Arnaldo Villegas relató que durante un asado compartido en su hogar con Fernández, lo descubrió registrando la casa. Pese a no poder brindar detalles con certeza, Silvina también reconoció a Fernández en la lista de imputados y repasó la relación con su hermano y el potencial vínculo o conocimiento sobre el secuestro. Tras la desaparición de Edesio, su hermano mayor recurrió a Fernández, quien negó saber algo, luego de resistirse un par de ocasiones a recibirlo. Los familiares que prestaron testimonio, relataron que antes y después del secuestro se percataron de que eran víctimas de seguimientos.
Un policía infiltrado en la familia
Arnaldo Villegas contó en el juicio que Armando Osvaldo Fernández, oficial de inteligencia del D2 (sentenciado a prisión perpetua en juicio anterior),y supuestamente amigo de su hermano, fue invitado a un asado por su familia, y en un descuido Fernández le revisó toda la vivienda, incluso el ropero, en busca de algo. Cuando su hermano Edesio fue secuestrado, recurrió a él para preguntarle si conocía su paradero. Fernández se hizo negar hasta que Arnaldo decidió esperarlo en la puerta de su casa y al preguntarle por su hermano, el policía contestó que “no sabía nada”.
Edesio Villegas fue visto agonizante en el D2 cuando Fernández oficiaba de enlace de la Policía, en la Comunidad Informativa –CI-, integrada además por las otras fuerzas armadas, encargada de fijar los blancos y decidir la vida y muerte de los detenidos.
Arnaldo Villegas rememoró otras gestiones realizadas por su padre ante el Juzgado y evocó una entrevista que tuvo con el Capitán del Ejercito Sanmartino; “no lo busques porque va ser imposible…” fue su respuesta al pedido de información sobre Edesio. Villegas concluyó que la desaparición de su hermano, para su familia, fue “terrible… lo buscaron por todos lados”.

Fuente: Ministerio de Desarrolllo Social/Juiciosmendoza.blogspot.com