Antonia Reitano y Julio Bozzo, el matrimonio que recibió de bebé y crió a Claudia Domínguez, la nieta 117 recuperada por Abuelas de Plaza de Mayo, volvió a declarar en el juicio que se sigue en Mendoza por la apropiación de la niña, hija de Walter Domínguez y Gladys Castro, desaparecidos hasta el día de hoy. Ambos intentaron depositar toda la responsabilidad en el falseamiento de la identidad de Claudia en el padrino de bautismo de Claudia, Segundo Tito Carabajal, quien trabajaba para Inteligencia del Ejército y llevó a la niña a su familia adoptiva.
El matrimonio está imputado como coautor de los delitos que rodearon a la apropiación de esa beba en 1978: retención y ocultamiento de una menor de diez años, alteración de su estado civil y falsedad ideológica de los documentos públicos destinados a acreditar su identidad.
Reitano declaró que recibió a “una bebé como a una bebé normal”, sin saber que era hija de personas desaparecidas. Dijo ante el tribunal que Carabajal, su cuñado, les pidió que no dijeran que él la había llevado. La mujer había intentado quedarse embarazada y, al no conseguirlo, cayó en un estado general de depresión, contó. Indicó que le ofrecieron en varias oportunidades "venderle" un niño pero ella rechazó esa propuesta. En enero o febrero de 1978, rememoró, Carabajal les aseguró que una señora “sola” iba a tener un bebé en un mes y lo quería dar porque no lo podía mantener, según cita el testimonio el sitio que lleva al día las audiencias del juicio.
Siguiendo el relato de Antonia Reitano, en marzo Carabajal les llevó a la pequeña en un moisés junto con un papel: “Presenten este certificado como que es hija suya porque está hecho a nombre suyo”, les habría dicho. “Inocentemente, con la alegría de tener una bebé en los brazos”, según dijo Antonia a los jueces, le hicieron caso. La mujer aseguró que “ni remotamente” imaginaron que podía ser hija de personas desaparecidas. Dos o tres días después su cuñado les reveló que la mujer había muerto en el parto.
Em coincidencia con lo que ha declarado Claudia ante el tribunal y en entrevistas periodísticas, Antonia Reitano dijo que a los cinco años le dijeron a Claudia que era adoptada y ella vivió su vida conociendo esa información.
El juez Alejandro Piña pidió a la imputada detalles del momento de la entrega de la beba. Indagó cómo llegó, en qué auto, qué ropa tenía puesta, quién la recibió y hasta en qué estado estaba su ombligo.
La declaración de Julio Bozzo
El hombre que crió a Claudia Domínguez como hija propia se refirió a ella como la “solución a sus anhelos” y confirmó la versión de Reitano respecto de ofrecimientos previos de bebés de parte de una vecina.
Luego detalló que Carabajal les "ofreció" a Claudia cuando a su madre, Gladys Castro, aún le quedaba un mes de gestación. Carabajal, aseguró, les ofreció el hijo de una “señora del trabajo, viuda, que quería donarlo”. En la fecha prevista, el principal imputado de esta causa les entregó a Claudia en un moisés.
Según Bozzo, si hubieran conocido el origen real de Claudia no habrían aceptado “un bebé a costa de la desaparición de los padres”. Sin embargo, según los testimonios del matrimonio, nunca cuestionaron los documentos falsos que entregaron en el Registro Civil porque, supuestamente, “no conocían cómo se llevaba adelante una adopción”, ni mencionaron la posibilidad de hacerla por la vía legal. Para el matrimonio, alguien “donó” una bebé con “todos los derechos” y “no era relevante” conocer la identidad de la madre.
Las mentiras y engaños sobre la identidad de Claudia siguieron no sólo de parte de Carabajal sino también de sus adoptantes. Respecto del pedido de silencio de Carabajal sobre su intervención en la entregade la niña, Bozzo evaluó ante el tribunal que “posiblemente la mamá no quería saber adónde había ido su beba”. Reitano y Bozzo engañaron a Claudia sobre quién la había ofrecido cuando era una beba: ledijeron que fue un excompañero del servicio militar de Bozzo de San Luis. Entretanto, a Carabajal le propusieron ser el padrino de la bebé “por agradecimiento”, señaló.