Los curas del Sur de Mendoza plantaron la bandera de resistencia a la orden de la Dirección de Escuelas de no dar misa ni exhibir cualquier tipo de manifestación religiosa en las escuelas públicas. Y la batalla no sólo la darán en la Suprema Corte, a la que acudieron para defender los estandartes del clero, sino también desde cualquier micrófono que se les ponga enfrente.
"Vemos vulnerados los derechos de la iglesia y las familias", remarcó al respecto Gustavo Orcellet, el cura que tiene la representación legal del Obispado, respecto del decreto 2719 de la Dirección General de Escuelas de octubre de 2018, que prohíbe que en establecimientos educativos se puedan hacer celebraciones religiosas, y por el cual el Obispado de San Rafael acudió a la Corte.
Según el sacerdote, las quejas d los padres y docentes que no quieren que se inculquen los preceptos católicos en las aulas de las escuelas del estado son injustificados porque "a ningún niño se lo obliga", tal como señaló entrevistado por fm Vos.
Sobre fiestas católicas dentro del calendario escolar, como la del Patrono Santiago, dijo que "en estos casos no las hace la iglesia, sino los docentes". Precisamente contra esta injerencia va el espíritu del decreto del gobierno que la iglesia cuestiona.
El sacerdote considera que es "natural y cultural" la relación de la iglesia con la escuela dada la raigambre que elcatolicismo mantiene en Argentina. "Si hablo de San Martín no puedo no hablar de su amor por la Virgen del Carmen de Cuyo", ejemplificó el cura.
Este sacerdote resignificó el concepto de laico -que en cualquier diccionario indica que "es independiente de toda confesión religiosa" y que "no ha recibido ninguna de las órdenes religiosas que otorga la Iglesia y que por consiguiente no pertenece al clero"-. Para el cura quiere decir "neutro, no anti", y por tanto debe permitirse la presencia de sacerdotes en escuelas y mucho más en aquellas donde los niños comen y duermen, las escuelas albergues. "Siempre hubo plena armonía con los docentes, el sacerdote es muy bienvenido en las escuelas albergue, hay una armonÍa natural, no violentada", apuntó.
"La escuela se presta para otras cosas también y en este caso sólo es restrictivo de las manifestaciones religiosas", enfatizó.
Indicó que "la catequesis se da después del horario escolar, al niño que quiera quedarse", y admitió que la cantidad de niños y el uso de los inmuebles estatales son clave para difundir la doctrina católica. "Son actividades fuera del régimen académico, que se hacen valiéndose del tiempo que están los chicos ahí y del edificio".