El Observatorio contra la Violencia de Estado en Mendoza alertó por lo que considera un "acelerado proceso de avance de la impunidad en los casos de muertes de personas a manos del Estado o bajo su custodia" tras el archivo de la causa que investigaba la muerte de Leonardo Rodríguez en un calabozo de la comisaría 27, de Godoy Cruz, que cuenta con un largo historial de casos de abuso policial.
"Tan sólo en un año y medio - 2014 y lo que va de 2015- se produjeron 28 de estas muertes popularmente denominadas 'gatillo fácil'. Esto resulta particularmente grave si se considera que ellas constituyen el 19% del total de homicidios registrados en la provincia en el mismo periodo, y superan tres veces las cifras de los asesinatos en ocasión de robo de la llamada 'inseguridad' (que suman sólo el 6% del total de homicidios para el periodo mencionado)".
Según resaltó el Observatorio -que trabaja a pulmón relevando caso por caso, entre los que trascienden, de abusos policiales en comisarías y fiscalías- "en esas muertes a manos o bajo custodia del Estado ocurridas entre 2014 y 2015 se encuentran involucrados al menos medio centenar de efectivos, de los cuales el 60% pertenece a la Policia de Mendoza y el 39% al Servicio Penitenciario Provincial".
Esta situación ya ha sido denunciada, además, por otras entidades como Familiares y amigos de víctimas del gatillo fácil, Xumek, entre otras.
Agrega el Observatorio: "Un dato no menor es que en casi la mitad de los 28 casos (46%) la causa de la muerte según la versión oficial fue suicidio,de los cuales casi todos (85%) murieron ahorcados. En general las familias de los fallecidos no han podido acceder a una pericia de parte que confirme la causal de muerte. En cuanto a la situación procesal, en 19 de los casos (68%) nadie fue imputado, y las causas fueron archivadas. Mientras que al menos 3 casos (11%) fueron sobreseídos. Es decir que tan sólo en el último año y medio 22 de los 28 casos (79%) han logrado impunidad".
La situación de los reiterados abusos policiales tiene, según el Observatorio, un blanco fácil y selectivo: los jóvenes de barrios pobres, lo cual lo ha llevado a elaborar la premisa de que, una vez en democracia, los uniformados sólo cambiaron de enemigos, de los jóvenes y enérgicos militantes, a los pibes pobres.
