El papa Francisco salió con los tapones de punta contra la fase represiva del gobierno de Javier Milei liderada por la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich. Lo hizo al hablar durante un acto en conmemoración de los 10 años del primer Encuentro Mundial de Movimientos Populares. Jorge Bergoglio les pidió a los dirigentes argentinos que participaron, entre ellos Juan Grabois, que "sigan combatiendo la economía criminal" del avance del narcotráfico.
"Me hicieron ver una represión, hace una semana. Obreros, gente que pedía por sus derechos en la calle. Y la policía la rechazaba con una cosa que es lo más caro que hay, ese gas pimienta de primera calidad. Y no tenían derecho a reclamar lo suyo, porque eran revoltosos, comunistas", dijo el jefe del Estado Vaticano.
"El gobierno se puso firme y en vez de pagar la justicia social pagó el gas pimienta, le convenía. Ténganlo en cuenta eso", advirtió el cura mayor de la Iglesia de Roma.
"Todos debemos levantar a los demás. La actitud contraria es dejar tirado. Esa actitud no es cristiana, tampoco es la actitud de un hombre de buena voluntad: ¡Nosotros levantemos al caído, siempre! A todos los caídos, buenos o malos, con méritos o sin ellos. Que nadie quede tirado", agregó.
Dijo que hay “una forma perversa de ver la realidad, que exalta la acumulación de riquezas como si fuera una virtud" y agregó que "acumular no es virtuoso, distribuir sí lo es. Jesús no acumulaba, Jesús multiplicaba y sus discípulos distribuían".
Denuncia de coima
Bergoglio recordó durante su intervención que un empresario le contó que un funcionario le pidió coimas. "Lamentablemente, muchas veces son precisamente los más ricos los que se oponen a la realización de la justicia social o la ecología integral por pura avaricia. Presionan a los gobiernos para que sostengan malas políticas que los favorecen económicamente. El diablo entra por el bolsillo, no se olviden", reflexionó.
A los "custodios de la Justicia Social", como calificó a los dirigentes de los movimientos sociales, les pidió "ayudar a los políticos para que no se entreguen a los cocodrilos, para que no se arrodillen ante la estatua de oro por miedo al horno".
"Tienen que estar ahí para recordarles al servicio de quién están. Tienen que estar ahí como la viuda del evangelio, insistiendo, insistiendo, para que hagan justicia. Esa es una táctica que nos enseñó Jesús. Siempre trabajen por la paz. La guerra es un crimen", afirmó el Papa.
"Sigan combatiendo la economía criminal con la economía popular", dijo convencido de que los espacios que deja la política lo ocupan los narcos y quienes viven de la trata.
"Sé que ustedes no son policías, sé que ustedes no pueden enfrentar directamente a las bandas criminales, pero les pido, por favor, que las enfrenten de manera indirecta: el trabajo de base que realizan ustedes y tantas personas de la iglesia es muchas veces la última barrera de contención", les pidió Francisco a los dirigentes que viajaron a verlo.
Contra Julio Argentino Roca
En su intervención, Bergoglio también emparentó lo peor de la historia argentina con la "conquista del desierto" de Julio Argentino Roca. "Nosotros los argentinos, que tenemos solo 600 mil aborígenes, acordémonos de Roca que les cortó la cabeza a todos los aborígenes, una cosa vergonzosa", sostuvo el pontífice.
"Hace poco advertí a los timorenses de ciertos cocodrilos que quieren cambiarles la cultura, morderles la historia y hacerles olvidar lo que son. El colonialismo material y el colonialismo ideológico van siempre juntos devorando la riqueza material e inmaterial de los pueblos", remarcó.
"Pienso en algunas experiencias de mi país donde el colonialismo se llama litio y se explota a tanta gente. Hay intereses que son globales, pero no universales, que la cobardía lleva a muchos políticos a cambiar sus convicciones por sus conveniencias", señaló.