Artur Mas no superó su primera prueba en el nuevo Parlamento catalán. Su discurso teñido de nueva política y compromiso social no ha suficiente para convencer al resto de grupos, y en la votación de investidura el candidato solo ha contado con los 62 votos de Junts pel Sí, 6 menos de los necesarios para la mayoría absoluta requerida en la primera investidura. El resto, 73 diputados, han votado en contra.
El líder de Convergència deberá volver a someterse a un segundo debate el próximo jueves donde deberá obtener una mayoría simple favorable. Si nada cambia hasta entonces, la CUP volverá a negarle el favor y Mas volverá a quedarse a las puertas de su reelección.
El debate de investidura comenzó este lunes, después de la aprobación de la declaración del inicio del proceso independentista. Los 72 diputados que mostraron entonces su favor al documento parecían una mayoría sólida sobre la que asentar una investidura. A esa mayoría se dirigió Mas en su discurso de la tarde, en el que se puso el traje rojo para proponerse como el mejor candidato para pilotar un gobierno de "desconexión". La CUP, que por la mañana había propuesto a Raül Romeva como candidato de consenso, ya tenía decidido su "no" a Mas de antemano, y el guión no ha tenido sorpresas.
El presidente en funciones volverá a intentarlo en 48 horas, después de haberse sometido a un primer pleno frustrado en el que ha podido comprobar la animadversión que despierta en 63 de los 135 diputados, los correspondientes a Cs, PSC, CSQEP y PP. En esas condiciones, ni siquiera una abstención de la CUP le valdría para obtener más votos negativos que positivios. La izquierda independentista ya ha anunciado que la única forma de desbloquear la investidura es proponiendo a otro candidato.
