Central empataba con River 1 a 1 cuando promediaba el segundo tiempo de un partido que mostró lo mejor de los dos equipos en la pimera parte. El Gigante de Arroyito estaba repleto de canallas, sin visitantes, que se entregaron con aplausos y vítores a un perro que ingresó al campo de juego en pleno partido para entretener al público, al menos si se considera la reacción de las tribunas, y enardecer a los entrenadores y a algunos futbolistas.
El perro se puso a esquivar a todos los que intentaron agarrarlo al grito sostenido de ¡ole... ole...! que bajaba desde las gradas con el volumen de los pasajes más favorables del encuentro para el conjunto local, en la primera etapa, luego de conseguir el empate, que a la postre arrojaría el resultado final.
Después de la larga improvisación del perro en el campo, el futbolista de Central, Jesús Méndez hizo gala del aprendizaje con los animales adquirido en su infancia en Rivadavia, de Mendoza, con una magistral captura del perro exhibicionista, que se rindió ante el domador. Y así terminó la algarabía del público, que volvió a sufrir con un juego de baja intensidad hasta el final entre River y Central.