La justicia belga embargó las cuentas bancarias de la Embajada argentina en Bruselas, a pedido de un fiscal de Bélgica que actuó en función de un reclamo del fondo NML y del fallo del juez norteamericano Thomas Griesa.
La respuesta de Argentina fue el pedido de que el gobierno de Bélgica intervenga para dar marcha atrás a la decisión de la justicia.
No alcanzó la medida a la sede diplomática ante la Unión Europea y Luxemburgo. La Embajada argentina ante Bélgica también funciona como embajada ante Luxemburgo y la UE, a cargo del embajador y ex ministro de Economía, Hernán Lorenzino.
El embargo de activos es un viejo mecanismo de presión que utilizan los fondos buitre para ejercer presión sobre los gobiernos. Como cuenta el periodista Carlos Burgueño en su libro sobre los holdouts, los embargos pueden realizarse sobre todas las propiedades que el país tiene en el exterior: depósitos de activos, inmuembles y hasta aviones.
En este caso, el embargo de cuentas alcanzaría sólo a la embajada argentina en Bélgica. Esto es a activos propios de la sede diplomática y a las cuentas de los funcionarios. No alcanzó la medida a la sede diplomática ante la Unión Europea y Luxemburgo.
