Después del anuncio de suspensión del plan de inversiones en Pascua Lama por parte de la multinacional canadiense, las cámaras de empresarios mineros de San Juan advirtieron que serán inevitables los despidos. Le piden al Estado.
Empresarios sanjuaninos al borde de un ataque de nervios. Son los seducidos y abandonados por la minera canadiense Barrick Gold. Pasaron de ser los principales sostenedores del modelo minero de extracción intensiva en manos de la compañía de Peter Munk, a solicitar ayuda del estado provincial y nacional para sustituir los pagos que la minera decidió dejar de hacer.
"El gobierno deberá ver hasta donde le da espacio a la empresa para que pueda continuar. A mí me gustaría que mañana tengamos la solución, pero bueno este tema hay que discutirlo y confío en el gobierno provincial en que logrará una solución”, advirtió el presidente de CASEMI Argentina, Fabricio Benedetti, citado por Diario de Cuyo, tras conocerse que la empresa canadiense paralizará sus actividades en el yacimiento binacional Pascua Lama.
El titular de la cámara que hizo lobby por la Barrick cuando desde distintos sectores se objetaba su desembarco en el país por su historia de violaciones al medio ambiente y a la soberanía de los países donde lleva su maquinaria ahora consideró que compañía es la máxima responsable de la situación de crisis que se generó en torno al millonario emprendimiento extractivo de oro a los dos lados de la Cordillera de Los Andes.
Barrick acusó como causa de su desinversión en Argentina y Chile al aumento de los costos de los servicios e insumos, pero la decisión de congelar el plan de inversiones la tomó después de que la Justicia chilena le impidiera continuar con los trabajos, por sospechar del poder contaminante de sus actividades en la montaña.
“Se dice que los costos de Barrick subieron por que los prestadores de servicios cobraron de más y eso provocó un serio problema. Yo creo que el problema financiero de Barrick, comienza con el problema que tuvo en Chile. Cuando el gobierno chileno le aplica la multa, los accionistas comienzan a ser más cautelosos y se produjo un frénate”, analizó el dirigente del empresariado minero naciona en el programa A todo o Nada, de radio Sarmiento, de San Juan.
En San Juan quedó un tendal de obreros en la calle y otro que espera con intriga qué será de su futuro. Las empresas que tenían contratos con la Barrick dejaron de recibir trabajos y peregrinan para cobrar los que hicieron, mientras presionan al Estado, en lo nacional y provincial, para mantener sus plantas de personal, aunque sea reducidas como ya están porque se acabó el paraíso prometido, al menos hasta que aclaren los negocios de la multinacional canadiense.
En Pascual Lama se recortaron 6.700 empleos entre enero y octubre de este año. Con una decisión estratégica, de las que habitualmente rigen sus inversiones, la compañía mató en oro hirviendo las ilusiones (y proyecciones de negocios millonarios) de muchos sanjuaninos que hasta que comenzara la debacle daban la vida en defensa de los intereses de Barrick, identificados con los de la Provincia por muchos sectores gracias, en parte, a un fuerte lobby encabezado por el gobernador José Luis Gioja y los empresarios mineros.
El Diario de Cuyo resumió que las dos cámaras empresarias mineras más fuertes, CASEMI y CEPSM, están tratando de contener las quejas y preocupación de sus socios que va desde contratos caídos hasta extensas demoras en los pagos. "Si nada cambia, se irá desafectando gente de manera progresiva’’, explicitó Alejandro Dona, de CASEMI.
El matutino sanjuanino recordó que la UOM, Barrick y el Gobierno habían firmado un contrato por un volumen de obras de 3.000.000 de dólares para adelantar trabajos de Lama y así evitar que despidan a 300 obreros. Pero, a 45 días de la rúbrica no hay novedades.
