La desigualdad aumentó en el primer trimestre en comparación con el año pasado, según datos del INDEC: el coeficiente de Gini –en el que el cero representa el nivel de mayor igualdad– pasó de 0,430 en los primeros tres meses de 2022 a 0,446 este año.
La brecha entre las familias con mayores ingresos y las de menores fue de 14 veces. Entre las personas que recibieron ingresos el promedio fue de $123.782.
Con el dato inflacionario de mayo, la canasta básica total para una familia integrada por cuatro personas, en Mendoza, se ubicó en los $206.389. Es decir que una porción relevante de la población que recibe algún tipo de ingreso laboral no llega a cubrir dicha canasta.
Todavía existe una amplia brecha de género: hubo una diferencia de $40.299 en el ingreso promedio entre varones y mujeres.
La medición, realizada en base a datos recabados a través de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH), detalló en lo que respecta al nivel de equidad de los ingresos, para el que emplea el Coeficiente de Gini, una relación matemática que tiene al "0" como el nivel de mayor igualdad y al "1" con el mayor desequilibrio, reflejó que al cierre del primer trimestre la puntuación fue de 0,446 puntos, frente al 0,430 de igual período de 2022.
Retroceso en la equidad
En términos de equidad de los ingresos, este resultado reflejó un leve retroceso, en el marco de una inflación del orden del 104,3% para similar período; mientras que la tasa de desocupación fue del 6,9% y con un crecimiento del PBI del 1,3% en el cotejo interanual.
Respecto a la población ocupada, se registró un ingreso promedio de $115.127 y una media de $95.000, equivalente al límite superior de ingresos del quinto décil.
El ingreso promedio de los primeros cuatro deciles de la población, ordenada según ingreso de la ocupación principal, fue de $ 42.953.
En tanto, el ingreso promedio del estrato medio (del 5 al 8vo decil) fue de $115.366, mientras que entre los deciles 9 y 10 se ubicó en un promedio de $259.195.
Dentro de la población ocupada, los asalariados registraron un ingreso promedio de $120.973 entre enero y marzo.
Dentro de este último segmento, aquellos que tienen descuento jubilatorio -trabajo registrado- tuvieron entradas por $ 151.773 lo que marcó un alza del 90% interanual, mientras que los que se desempeñan de manera informal -sin descuento jubilatorio- el ingreso promedio fue equivalente a $65.657, con un alza del 79,2% en similar período.
Por hogares, los ingresos laborales representaron el 76,6% de las entradas económicas de los mismos, mientras que los no laborales explicaron el 23,4% restante.
El peso de los ingresos no laborales fue mayor para los deciles de ingreso total familiar más bajos, al representar el 57,6% de los mismos en el caso del primer decil.
Por el contrario, en el decil más alto el peso de los ingresos no laborales fue del 14,3%.
La Encuesta Permanente de Hogares es una muestra probabilística, estratificada, que abarcó a 26.230 viviendas de los 31 principales aglomerados urbanos del país.
Como en toda encuesta por muestreo, los resultados obtenidos son valores que estiman el verdadero valor de cada tasa y tienen asociado un error, cuya cuantía también se estima, lo que permite conocer la confiabilidad de las estimaciones.