Quino: "En la época de Mafalda estaba el Mayo del 68, la buena guerrilla en Latinoamérica, la esperanza de un mundo mejor"

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Quino, quien acaba de convertirse en el primer dibujante en la historia en recibir el prestigioso premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades 2014, dijo muy sorprendido que "reconocimientos como éste a uno le hace pensar que ha hecho cosas que a la gente le gusta y eso da satisfacción". Fue en un encuentro con la prensa de habla hispana en el barrio porteño de Palermo.

Contó que Mafalda es un personaje universal porque así era el ambiente que le tocó vivir en su infancia. “Yo nací en Mendoza pero me crié en el Mediterráneo; porque el carnicero era español, el verdulero era italiano, el que vendía el pescado era.. El verdulero se paraba frente al zaguán de la casa y decía: ‘¡traigo el sol y la luna de los tomates!’ Ya teníamos a García Lorca ahí. Y todo era así. Había un sirio libanés que decía: ‘vendo quejel para que los ojos luzcan lindos y preciosos. Hasta ir a la escuela primaria en mi casa se hablaba andaluz”.

"Nunca tomé conciencia de este premio, es un lindo regalito. En la Feria del Libro me decían `gracias por todo lo que nos has dado` y pensaba `¿qué les he dado?`. No soy muy conciente de lo que he hecho tampoco", contó con humildad ante la prensa argentina.

"Y ahora ¿quién dice qué?" soltó Joaquín Salvador Lavado, de 82 años, para romper el hielo. "Para mí es un honor muy grande", volvió sobre este premio que se suma a una larga lista de reconocimientos internacionales al cumplir 60 años de carrera, en sintonía con el 50mo. aniversario de Mafalda, la tira que selló su genialidad para siempre, que vendió millones ya incalculables de ejemplares y que se tradujo a 30 idiomas.

Tranquilo, locuaz aunque aclaró "soy de poco hablar", Quino finalmente y con modestia se autodenominó un "comunicador" pero, agregó: "por todas las cosas que me dice la gente".

En la última Feria del Libro que inauguró ante miles de personas, "una mujer se puso a llorar de una manera increíble. Estas cosas que a uno lo sorprenden tanto, también lo dejan muy despistado. ¿Qué es lo que ha hecho uno tan importante para la gente?", siguió.

"Uno se siente muy acompañado y estoy muy contento que me lo hayan dado a mí también", dijo y reconoció a ganadores previos como Vittorio Gassman y a Riccardo Muti, por ser "gente que hizo cosas con las que uno está de acuerdo".

 

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"No sé qué decir", anticipó, para no caer en el riesgo de "decir lugares comunes que ya pierden sentido de tan comunes que son". Pero este hombre de poca vidriera sí supo qué decir. Y durante más de 40 minutos habló de la época en la que hizo Mafalda, su vigencia, la tecnología y el humor en la actualidad.

Pero antes, repitió otra genialidad que ya había contado frente al público francés en el Salón de París "Yo quería ser Picasso para empezar, pero me di cuenta que no me daba".

"Hice Mafalda hace tantos años, se sigue reimprimiendo y la gente sigue comprando. Lo que tenía que decir ya lo dije" y ante la insistente pregunta de qué diría la pequeña niña hoy, Quino subrayó: "Lo mismo que en su su momento ante acontecimientos similares".

Y sobre esos años, cuando creó Mafalda contó: "esa época estuvo llena de acontecimientos que parecía que el mundo iba a cambiar para mejor, estaba el Mayo del 68, la buena guerrilla en América Latina -también había de la mala-, Juan XXIII, había esperanzas de que el mundo iba a cambiar, y cambió para seguir como siempre".

Unos días después de que Quino y su familia se exiliaran en 1976, mataron a unos curas palotinos, recordó. "Ellos tenían en su pieza el póster con el dibujo de Mafalda diciendo ante un vigilante `este es el palito de abollar ideología` y los asesinos arrancaron el póster y lo tiraron sobre los cadáveres. Me sentí tan mal".

"Porque me duele si me quedo, pero me muero si me voy", parafraseó el maestro del humor gráfico a María Elena Walsh como una forma de revelar esa relación con la Argentina. "¿qué tenemos? es esa pregunta que nos hacemos muchos", dijo.

Quino es el primer dibujante en obtener este premio que se entrega en Oviedo desde 1981 y sobre eso expresó: "Umberto Eco nos empezó a calificar con más respeto, esto fue progresando, la historieta puede ser un arte menor, pero como medio de comunicación es apropiado para difundir masivamente el humor y las ideas". Y contó "Todavía hay gente que pregunta ¿en qué trabaja? No se toma como un trabajo".

Una de las sorpresas del mundo actual es, para él, la noticia de que "los chicos están hablando en neutro en sus casas. Eso me despista mucho, las series dobladas me caen mal. A los chicos jóvenes por la calle tampoco les entiendo. Entre eso y la cibernética me encuentro en un mundo con el que tengo poco que ver en muchos aspectos", se sinceró.

Pero, por otra parte, tranquilizó: "está la contradicción de que lo he dibujado hace 40 años está de moda, porque el mundo está cambiando mucho, pero pareciera que no ha cambiado porque siguen siendo temas vigentes. Entonces no entiendo nada".

Hasta el día de hoy, Quino sigue recibiendo cartas de niñas que dicen que gracias a Mafalda se han enterado de que en el mundo también existen China o Vietnam. Y cree que eso se debe a que el entorno en que se crió estaba muy politizado. “Mi abuela era comunista y mis padres eran republicanos pero no comunistas. Eran unas discusiones... A esto contribuía el cine, donde se pasaban los discursos de Musolini, Churchill (…) Cuando yo apenas tenía cuatro años empieza la Guerra Civil española. En casa se vivió como una tragedia personal, encima como la perdimos… Mis padres no eran religiosos. Así que cuando en la época de Perón se puso la religión en los colegios yo era el único que me pasaba la hora en el recreo dándole patadas a una piedra. No había alternativas. Y esa pol

Finalmente sobre el humor gráfico actual, el multipremiado autor opinó que "ha cambiado mucho con respecto a páginas mías, de Caloi o Fontanarrosa. El humor que se hace hoy está basado en algo que no tiene que ver con la realidad, por lo menos con la Argentina actual. Hacen cosas poéticas, sesudas, quizás la tira `Bife Angosto` de Gustavo Sala se acerca".

Menos amable fue con el humor en televisión: "no me convence, la televisión está muy desaprovechada. Me da pena que el humor, que uno quiere tanto como medio de expresión, se utilice chabacanamente".

El no llegó a ser Picasso, es simplemente Quino, flamante ganador del Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades 2014, primer dibujante en la historia que lo gana. Y merecedor de una larga lista de reconocimientos cosechados en medio mundo.

Fuente: Télam/El País

 

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