
Un empleado del Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV) con más de treinta años de trayectoria falleció este miércoles tras descompensarse durante una jornada de protesta en la sede mendocina del organismo. La víctima es Ernesto Carreras y todo ocurrió mientras trabajadores y trabajadoras expresaban su rechazo al Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) que elimina la autonomía del INV, el INTA, el INTI y el Inase, y los subordina directamente a secretarías del Poder Ejecutivo.
La movilización incluyó una reunión con el vicepresidente designado del INV, el enólogo sanjuanino Ricardo Abel Chiconi, a quien se le plantearon las consecuencias del desmantelamiento institucional. “Primero se hizo una protesta en el patio y después un Zoom donde se plantearon los temas con mayor tranquilidad”, relató una compañera de Carreras a El Editor Mendoza. Fue en ese clima de tensión que el trabajador se descompensó y murió.
La muerte de Carreras se inscribe en un contexto de profunda transformación estructural. El INV, organismo clave para la vitivinicultura argentina, ha sido degradado a dirección nacional y absorbido por el Ministerio de Economía. Áreas históricas como Asuntos Jurídicos, Estadísticas Públicas y Promoción Técnica fueron eliminadas, y en su lugar se crearon dos nuevas direcciones con funciones acotadas.
Desguace libertario
La reestructuración, lejos de representar una modernización, es vista por trabajadores y especialistas como un debilitamiento técnico y operativo. “Ya estamos recibiendo denuncias de bodegas que se acusan entre ellas por compra de vino a granel adulterado”, alertó una empleada. La pérdida de autonomía del INV pone en riesgo la trazabilidad, la calidad y el prestigio de los vinos argentinos, pilares de una industria madre en Mendoza.
El DNU también afecta al INTA y al INTI, que pierden sus consejos directivos y quedan reducidos a unidades organizativas sin capacidad de decisión ni presupuesto propio. En el caso del INTA, sus nuevos consejeros trabajarán sin remuneración, lo que profundiza la precarización institucional.
La jornada de protesta en el INV no solo expuso el impacto humano de estas medidas, sino también la urgencia de defender organismos públicos que garantizan soberanía técnica y productiva. “Ernesto no murió por causas naturales, murió en medio de una lucha que nos atraviesa a todos”, expresó una trabajadora, visiblemente conmovida.