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Diego Lagomarsino, el experto en informática que le entregó a Alberto Nisman el arma que le provocó la muerte, negó haber mantenido una relación homosexual con el fiscal y dijo desconocer por qué no quedaron rastros suyos en el arma, pese a que la perito de la Policìa Federal que trabajó sobre el arma dijo que la sangre en el arma tapó las huellas del ADN de contacto y por eso no hay huellas en el arma.
Así lo afirmó en una entrevista publicada en la edición de hoy del diario español El País, en la que no descartó ninguna de las tres hipótesis que se barajan en la investigación de la muerte del titular de la Unidad Fiscal de Investigación del atentado a la Amia: suicidio, suicidio inducido y asesinato.
-¿Usted cree en la hipótesis del suicidio, en el suicidio inducido o en el asesinato?
-Ahora yo siempre pienso en las tres. Y todas se me mezclan. Cuando pienso en una, está la otra. Recuerdo una noche que estuve mucho tiempo sin dormir, que me acostaba y me quedaba mirando el techo. Estuve así unos 10 o 15 días. Y una noche dije: “Alberto: si podés, aparecete y decime qué pasó”. Yo creo mucho en las señales. Pero no hubo señal.
-¿Cómo valora que su amigo lo involucrase en esta situación?
-Por momentos pienso: si fue un suicidio él se podía haber suicidado delante de mí. Pero ahí se me empiezan a mezclar las cosas. Por momentos me sentí defraudado y pensé: “¿Por qué me metiste en este tema?”. Después vas escuchando otras versiones. La verdad es que yo lo perdoné. El día de la marcha (en honor a Nisman, el pasado 18 de febrero) yo le dije a una persona que lo iba a homenajear a mi forma. Yo hacía 24 años que no me confesaba. Y estuve con un cura cuatro horas hablando del tema. Y fui a pedirle por él no por mí. Porque si pasó lo que pasó…En ese momento, Lagomarsino se quiebra y la grabación se interrumpe para continuar después.
(...)
-¿Vio a Nisman intranquilo la última vez?
-Alberto tenía dos estados de ánimo normalmente: arriba y abajo. Muy eufórico y a los diez minutos tranquilo. El último día lo vi tranquilo.
-¿Ha hablado con la exesposa de Nisman?
-No. No sé si estoy preparado para enfrentarme a eso ¿Qué le iba a decir? ¿Le iba a pedir perdón? ¿Vos tenés amigos? ¿Hubieras hecho lo mismo por un amigo [prestarle la pistola] o por un jefe que te dice necesito esto? No con el diario de hoy, obviamente. A todas las personas que le pregunto esto se quedan pensando o me dicen que sí.
-¿Cómo era Nisman?
-Era el toro de Wall Street de Nueva York vivo. Era un tipo con cojones. Yo me acuerdo que cuando terminé la tesis en 2011 puse a varias personas en agradecimientos y entre ellos, a Alberto Nisman porque me enseñó que ahora es ya.
-¿Hay algo que le gustaría resaltar?
-En cuanto a las tres hipótesis… Suicidio, suicidio inducido o asesinato. A Alberto le cambiaba todo cuando hablaba de sus hijas. Entonces, si no pensó en ellas, ¿qué va a pensar en Diego? Después pienso en el asesinato. Y, la verdad, no sé qué fue. Pero el 18 de enero murió Nisman y murió el Diego Lagomarsino que yo era.