Con gran presencia policial, hasta la división de Infantería estuvo presente, celebraron los hinchas mendocinos el pase de la Selección Argentina a la semifinal de la Copa del Mundo.
Pasadas las 15, en la esquina de Garibaldi y San Martín se arremolinaron las trompetas, banderas, tambores, bombas de estruendo para celebrar el resultado frente a Bélgica.
En las calles aledañas fue incesante la caravana de autos embanderados desde el techo hasta las llantas abriéndose paso a bocinazo limpio.
A una cuadra del kilómetro cero hubo vallas de la policía controlando el ingreso de los festejantes. Algunos dueños de bares optaron por levantar las mesas a medida que crecía en cantidad la enfervorizada multitud, aunque la mayoría siguió con su rutina.