Bolivia se retiró de la Convención de Viena por la prohibición de esta costumbre ancestral de los pueblos del altiplano. En Bolivia hay 27 mil hectáreas de coca, materia prima para fabricar cocaína. El gobierno solo contempla como legal los usos tradicionales, como masticado, infusión, y rituales religiosos.
El presidente de Bolivia, Evo Morales, afirmó este sábado que da por “ganada la batalla internacional” por la despenalización del masticado de coca, pedido que fue realizado por el país frente a la Organización de Naciones Unidas (ONU).
Por eso es que le pidió a los campesinos de la zona de los Yungas, Bolivia, que preparen una gran concentración para conocer los detalles de como Bolivia “ha ganado una batalla internacional para legalizar" el masticado de coca, exigencia del país para volver a adherirse a la Convención de Viena sobre estupefacientes.
Además reveló que Perú, país donde también es costumbre el masticado de coca, planea sumarse a la campaña que lanzó Bolivia con el objetivo de que sea reconocida esta práctica como parte de la identidad de los pueblos del altiplano latinoamericano.
Por otro lado, al conocerse la decisión de la ONU se le pondría fin al compás de espera abierto en junio cuando el país se retiró de la Convención de Viena
Medida que luego intentó ser revertida por el país suramericano al pedir su regreso si se respeta la masticación de las hojas de coca, una costumbre de parte de los pueblos originarios de Bolivia, que incluso es respetada por la constitución sancionada en 2009.
A partir de esto, el gobierno boliviano tuvo 18 meses para explicarle a la comunidad internacional por qué debía ser despenalizada.
Ahora solo resta saber si conseguirá su objetivo, que solo podría ser rechazado en caso de que un tercio de los países miembros voten en contra de su solicitud.
Por otro lado, esta ofensiva diplomática ha llevado a que Morales, incluso, masticara hojas de coca en la sede de la ONU durante un discurso frente a la Asamblea General del organismo y lo ha enfrentado a Estados Unidos, quien rechaza esta petición por considerar que fomenta el narcotráfico.
Además su posible alejamiento de la Convención de Viena inquietó a la comunidad internacional, ya que se estima que en Bolivia hay 27 mil hectáreas de coca, materia prima para fabricar cocaína. El gobierno solo contempla como legal el cultivo de 12 mil para usos tradicionales, como masticado, infusión, y rituales religiosos.
Este era uno de los reclamos históricos de los productores de las hojas de coca, sector al que representaba Morales como sindicalista antes de llegar a la presidencia luego de enfrentarse a la privatización del agua y gas, y crear el Movimiento Al Socialismo, que lo llevó al poder.
Según Morales, “si logran que sea aceptada internacionalmente, va a ser otro hecho histórico no solo para los productores de coca, sino para una identidad, una cultura, porque no solamente los productores “pijchamos” (masticamos) sino que lo hacen los transportistas, los estudiantes y diferentes sectores de la sociedad”.
Fuente: Telesur