"En Bolivia dos argentinos quedaron expuestos ante la violencia que se vivía, uno es Facundo Molares, herido de bala que cayó preso y recién se lo pudo repatriar con la llegada de Luis Arce al gobierno. El otro caso es el de Sebastián Moro, que fue seguramente reprimido, golpeado, eso le provocó heridas que provocaron su muerte, y ahí también la Embajada brilló por su ausencia durante los acontecimientos y en el reclamo posterior".
El embajador argentino en Bolivia, Ariel Basteiro, consideró que los casos de Molares y de Moro -periodista mendocino que se había radicado en Bolivia- podrían ser elementos para iniciar causas judiciales en las cuales el exembajador, Normando Álvarez García, tiene responsabilidad "por acción o por omisión".
La familia de Sebastián Moro viene pidiendo desde fines de 2019 que el desenlace que le costó la vida al periodista sea investigado como una causa integrada a las instancias previas del Golpe de Estado que derrocó a Evo Morales y no como un hecho aislado y sin contexto.
En las últimas semanas el caso tomó un nuevo impulso con el escándalo del envío de armas del gobierno de Mauricio Macri en pleno desarrollo del golpe.
Entrevistado en radio Nacional Mendoza, Basteiro analizó las instancias en la que se encuentra esta última investigación y los casos de Molares y Moro como ejemplos del rol activo de la Embajada en ese ataque a la democracia fogoneado por la OEA.