La operación que acabó con la vida de Osama Bin Laden no fue una emboscada secreta ni una compleja operación de la Inteligencia Estadounidense. De hecho, el cadáver del terrorista no se arrojó al mar y la operación no fue obra en exclusiva de los Navy Seals.
El premio Pulitzer Seymour Hersh desmonta la versión oficial sobre la operación que dio muerte a Bin Laden en un artículo publicado en la London Review of Books y defiende que el talibán fue detenido en 2006 por la inteligencia de Pakistán y ejecutado por Estados Unidos tras recibir un ‘chivatazo’.
“La historia que contó la Casa Blanca podría haberla escrito Lewis Carroll”, asegura en el artículo Seymour Hersh, que dice que su principal fuente es un oficial de la Inteligencia estadounidense y que su teoría ha sido corroborada por diferentes personas. De esta manera, según la versión de Seymour Hersh, el Servicio de Inteligencia de Pakistán detuvo a Bin Laden en 2006 con el objetivo de utilizarle como moneda de cambio con los talibanes.
Sin embargo, el secreto mejor guardado de la inteligencia de Pakistán llegó a Estados Unidos. Un oficial paquistaní reveló a la Inteligencia estadounidense el paradero del autor intelectual del atentado de las Torres Gemelas a cambio de 25 millones de dólares. Así, la muerte de Bin Laden no se produjo en su casa tras una operación secreta y sí en el complejo de Abbottabad como preso, donde fue ejecutado y enterrado en las montañas de Hindu Kush.
Seymour Herch ha trabajado para para el New York Times y la revista New Yorker. Admás, ganó un premio Pulitzer con un reportaje sobre la matanza de My Lai en la Guerra de Vietnam.