El ministro de Justicia Germán Garavano insistió en que el presidente Mauricio Macri debe desoír a su principal socia política, la diputada nacional Elisa Carrió, y aceptarle la renuncia al juez federal Norberto Oyarbide, quien es investigado por mal desempeño por el Consejo de la Magistratura. Carrió aseguró que la estrategia de Garavano fue pactada con el juez Oyarbide por intermedio del operador judicial del macrismo, Daniel Angelici, presidente de Boca y aliado significativo del macrismo.
Garavano se despegó de la diputada que armó Cambiemos con Macri y el radical Ernesto Sanz cuidándose de no referirse a ella de forma directa. Carrió consideró que Oyarbide debe ser destituido mediante un juicio político y advirtió que de lo contrario el Presidente estaría garantizando la impunidad del magistrado, al que acusa de cometer delitos con su accionar en tribunales.
La diferencia entre la renuncia y la destitución es que en el primer caso el magistrado se retira con honores y jubilación de privilegio, mientras en el segundo caso se iría echado y sin beneficios jubilatorios.
En diálogo con radio Del Plata, Garavano rechazó la postura de Carrió: "Es al revés, muchos jueces funcionales al poder de turno lo primero que hacen es negociar su impunidad a cambio de la del Gobierno para mantenerse en el cargo".
"El hecho de aceptarle la renuncia, saca de su función a Oyarbide y rompe este círculo de impunidad. La renuncia permitirá que (al juez) le saquen los fueros y pueda ser juzgado por los jueces, y así darle satisfacción a lo que la gente reclama".