El anuncio lo hizo este martes en la tarde el vocero presidencial Alfredo Scoccimarro. El funcionario fue clave para la ejecución de la política económica. Kicillof baraja y da de nuevo.
El vocero presidencial Alfredo Scoccimarro anunció este martes en la tarde la renuncia al Gobierno del secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno. La salida de uno de los funcionarios más apuntados por la oposición por sus modos de ejecutar las políticas gubernamentales se produjo un día después del recambio en la Jefatura de Gabinete y el Ministerio de Economía.
Jorge Capitanich, jefe de Gabinete, y Axel Kicillof, ministro de Economía, tienen ahora el terreno libre para relanzar la política económica del modelo que lleva 10 años de vida.
Con su estilo, Moreno se ganó el amor de los militantes propios y el odio del resto. No hay publicación crítica del oficialismo que no acompañe el apellido del secretario de Comercio Interior con el calificativo polémico.
La inflación, el dólar, Papel Prensa, el consumo nacional e importado, fueron las temáticas que lo ocuparon durante su estadía en el Gobierno, al que desembarcó de la mano de Néstor Kirchner. "Es más bueno que Lassie", respondió el ex presidente sobre el funcionario cuando empezaban los cuestionamientos más duros.
Durante el anuncio falló el audio de la transmisión oficial, por los que cuando Scoccimarro terminó de leer hubo revuelo de periodistas en la Casa Rosada para confirmar que el vocero dijo lo que dijo. Incluso el presentador del flash en la televisión pública cerró el espacio sin saber que se acaba de anunciar la renuncia de Moreno. Al instante, se repitió la lectura de Scoccimarro con el audio corregido.
Twitter fue la campana de resonancia de las repercusiones populares de la renuncia de "Poronga" Moreno, como lo bautizó el periodista Jorge Lanata mucho antes de trabajar en el Grupo Clarín. Los agradecimientos de la militancia por la lealtad al modelo se cruzaron los insultos de sus detractores que festejaron la salida, aunque en la mayoría de los casos no se quedaron conformes, a juzgar por el rebote tuitero.