Hubo doble función para el show intimista y onírico de Juana Molina en el Le Parc

Share
Tiempo estimado de lectura: 3 minutos

La convocatoria fue un éxito y la ex actriz tuvo que agregar un toque en la Sala Circular del complejo guaymallino. El lirismo de Molina le hizo olvidar a los asistentes la larga espera en la previa de cada uno de los shows.

juana
Pese a la gran cantidad de público, Juana Molina logró un show intimista en el Le Parc. Foto: Jésica Vargas/Explícito.

Por Jésica Vargas
Especial para Explícito

Juana Molina nos transportó, no sabemos muy bien a donde pero ahí fuimos. Recorrimos con ella el camino de su música, de sus letras y sus historias.

En la noche del miércoles, la ex-actriz mostró como sus canciones van tomando forma a medida que avanzan en un ciclo lírico y musical en el que las estrofas van acumulando sonidos y melodías. Cada tema parece recorrer un espiral que nunca termina.

Sin duda, todo tiene que ver con todo y la Sala Circular formó parte de esa comunión, una ronda en la que Juana nos permitió compartir su música. Sus canciones, que se debaten entre lo acústico y lo electrónico, están hechas por capas musicales de segundas y hasta terceras voces de ella misma que se van repitiendo constantemente.

juana 2
Hubo doble ronda de espectadores que disfrutaron la voz y la poesía de las canciones de Juana Molina. Foto: Jésica Vargas/Explícito.

Todo comenzó con “Un día”, tema que da nombre a su último disco. Simpática y con gran sentido del humor improvisaba frente al público mientras acomodaba sus instrumentos. De esa forma y con guitarra en mano, entonó la segunda canción, “Vive solo”. “Lo dejamos”, “¿Quién?” y “Sálvese quien pueda” también formaron parte de su repertorio.

Este tema es “para los que hayan sufrido… el ladrido de un perro” bromeó Juana antes de cantar “El perro”. Esta es una canción sobre un acontecimiento tan superficial como los ladridos de un perro que incluso ella imita, pero tan normal y personal como cualquier otro tema suyo.

Es que tal vez no haya en ella algo más privado que sus canciones, o por lo menos eso parecía anoche. A pesar de la cantidad de gente (habían más de 400 personas en una sala para 350), Juana intentó convertir el lugar en un espacio íntimo, donde como una anfitriona contaba anécdotas y endulzaba con sonidos que podrían durar toda la noche, tal vez hasta el infinito.

Pero no, para la suerte de la segunda ronda de espectadores el primer show de tan solo una hora de duración llegó a su fin. Así, alrededor de las 23 la sala circular se despejó para dar lugar a cientos de personas que esperaban ansiosas en el hall principal del Le Parc. En total, se repartieron 800 entradas para dos funciones.

Y sí, por segunda vez consecutiva el Le Parc volvió a quedar chico (la primera fue con Tonolec) y la cantidad de gente que fue a ver el espectáculo superó las expectativas de la organización. La solución esta vez fue dividir al público y hacer dos funciones que generosamente Juana aceptó brindar. Renegando de su ego pero contenta anunció en medio de la primera función: “Hay algo que me llena de orgullo y es que después de este haremos un segundo show”.

Esta decisión favoreció a la primer tanda de público, a medias porque muchos tuvieron que amontonarse y observar de pie el espectáculo. Aunque no fue tan favorable para quienes tuvieron que esperar más de dos horas a que terminara la primer función, la cual ya había comenzado con una hora de retraso.

Aun así y gracias a que no se decidió hacer el espectáculo en el pasillo del espacio cultural, como se hizo con Tonolec, no hubo problemas de sonido significantes y los seguidores de Juana pudieron disfrutar de esta singular cantante de forma gratuita con la donación de alimentos no perecederos.

juana3
La sala circular del Le Parc acunó con su acústica las composiciones de la artista. Foto: Jésica Vargas/Explícito.
Share