Israel volvió a bombardear este miércoles, por segundo día consecutivo, un campamento de refugiados palestinos del norte de la Franja de Gaza, que dejó "decenas" de muertos, según el movimiento islamista Hamas, y que la ONU calificó de "la última atrocidad que golpea a la población de Gaza".
El Ministerio de Salud de Hamas dijo que el nuevo ataque contra el campamento de Jabaliya, el más grande del enclave palestino, alcanzó edificios residenciales y dejó "decenas de mártires y de heridos".
Imágenes transmitidas por AFP muestran enormes destrucciones en el lugar y los socorristas aseguraron que "familias enteras" murieron en el bombardeo, aunque por el momento no existe un balance independiente del número de víctimas.
Más temprano, la agencia de noticias palestina Maan dijo que solo en una de las viviendas alcanzadas habían muerto por lo menos ocho personas.
El canal de televisión Al Jazeera, uno de los pocos medios de comunicación que todavía informan desde el norte de Gaza, transmitió imágenes de la devastación que dejaron los nuevos ataques en el campamento de Jabaliya, cerca de Ciudad de Gaza.
Allí se veía a varias personas heridas, incluidos niños, siendo trasladadas a un hospital cercano, con escenas casi idénticas a las del día anterior, de decenas de hombres excavando entre los escombros de edificios de varios pisos demolidos, en busca de sobrevivientes.
Hamas dijo que en el ataque de este martes murieron unas 50 personas.
En tanto Israel aseguró que los bombardeos del martes mataron a decenas de milicianos de Hamas, incluido un alto comandante que estuvo involucrado en el sangriento ataque del 7 de octubre en Israel, que desató la actual escalada.
El Ejército israelí agregó que también destruyó túneles que corren debajo de los edificios y que los milicianos de Hamas usan para ocultarse y cometer ataques.
El jefe de asuntos humanitarios de la ONU, Martin Griffiths, describió este miércoles los bombardeos como "la última atrocidad que golpea a la población de Gaza".
"Se trata simplemente de la última atrocidad que golpea a la población de Gaza, donde los combates han entrado en una fase aún más aterradora, con consecuencias humanitarias cada vez más atroces", afirmó en un comunicado.
"En Gaza, mujeres, niños y hombres mueren de hambre, traumatizados y asesinados en los bombardeos. Han perdido toda fe en la humanidad y toda esperanza en el futuro", insistió el diplomático.
"Mientras tanto, el mundo parece incapaz o incluso poco dispuesto a actuar. Esto no puede continuar", agregó, y pidió "pausas humanitarias" en los combates para permitir la entrada de más ayuda humanitaria y que Hamas libere a los rehenes.
"No actuar ahora tendrá consecuencias mucho más allá de la región, porque esta es una crisis mundial", alertó.
Por su parte, la ONU, la Unión Europea (UE), España, Arabia Saudita, Irán, y otros países árabes e islámicos habían condenado ya el ataque de la víspera.
Los refugiados que habitan el campamento son aquellos palestinos, y sus descendientes, que tuvieron que dejar sus propiedades en lo que hoy es Israel cuando se creó el Estado de Israel en 1948.
Israel lanzó una ola de bombardeos en Gaza luego de que milicianos de Hamas se infiltraran en su territorio desde Gaza el 7 de octubre y mataran a más de 1.400 personas, en su mayoría civiles, además de secuestrar a más de 240 personas.
Los ataques contra la Franja dejaron, en tanto, casi 8.800 palestinos muertos, entre ellos más de 3.600 menores, según las autoridades del enclave.