Cambio de mando

La dudosa muerte de un joven en Alvear enturbia la foja de servicio del nuevo jefe de la Policía

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Roberto Munives y Marcelo Calipo, cuando aún eran director y subdirector de la Policía de Mendoza.

 Exequiel Gabriel Franco. Ese nombre aparece asociado a Marcelo Calipo -flamante jefe de la Policía de Mendoza- para cualquier alvearense medianamente memorioso. Calipo estaba al frente de la Comisaría 14, de ese departamento, cuando Franco fue hallado si vida, después de padecer, como sus hermanos, persecución policial constante y amenazas de muerte. 

Calipo acaba de asumir el mando de los uniformados de toda la provincia después de que su jefe directo, Roberto Munives, se viera obligado a renunciar. os antecedentes de abusos policiales y violencia que protagonizó Munives no hiciero mella en el apoyo que le dieron Cornejo primero, y lyego Suarez. Sin embargo. el actual gobernador le soltó la mano por un permiso adulterado para que su novia ingresara al Aconcagua. L

El segundo de Munives cuenta en su foja de servicio con un dudoso accionar en un caso de violencia institucional en el sur provincial.

El 25 de agosto de 2014 Exequiel Gabriel Franco fue hallado muerto en inmediaciones de calles Prolongación y Circunvalación, de General Alvear. El entonces comisario Marcelo Calipo, a cargo de la seccional 14, le dijo a los medios de prensa que Gabriel se había suicidado y que gente que pasaba por el lugar lo había descolgado; "por eso lo encontramos en el piso" (dixit).

Su madre, Marisa Santana, contó en cambio ua historia tenebrosa de hostigamiento por parte de los uniformados que tenía bajo su mando Calipo: "Hace tres años que la policía empezó a perseguir a mi hijo porque era morocho y se vestía con zapatillas Adidas y usaba visera. Lo levantaban en las calles y jamás llegaba a las comisarías. Yo tenía que ir a buscarlo a fincas a lugares alejados".

El día anterior a la muerte de Gabriel, su madre lo había retirado del hospital luego de una tremenda golpiza que le infligió un grupo de policías de la comisaría 14. Su familia denunció que sobre el hecho se montó un escenario de suicidio para deslindar responsabilidades y entorpecer a la Justicia. “Los comisarios Marcelo Calipo y Daniel Mendoza -respectivamente jefes de la Departamental y la Seccional- se ocuparon de hacerle la vida a cuadros a mi hijo”, denunció. También salieron a la luz el hostigamiento sistemático contra los menores y el amedrentamiento contra sus madres.

“Hace tres años que la policía empezó a perseguir a mi hijo porque era morocho y se vestía con zapatillas Adidas y usaba visera”, explicó la mujer en ese momento en declaraciones radiales.

El deceso de Gabriel ocurrió luego de una detención y posterior golpiza, lo que le provocó ser internado. "En ambos delitos están implicados policías que actúan en la comisaría 14 -dependencia con graves antecedentes de violencia y abuso policial contra los menores pobres de la zona, inclusive la ejecución extra sumarial de Andrés Sosa por parte del oficial Pablo Colilaff- bajo mando del comisario Daniel Mendoza, otrora sospechado de haber intervenido hace 17 años en el asesinato de Sebastián Bordón", cerró Santana.

Durante mucho tiempo, la madre de Gabriel buscó que la justicia cambiara la carátula de la causa, en donde se investigaba el deceso como un "auto ahorcamiento" y pidió justicia por su hijo con marchas de silencio por las calles de Alvear.

La madre de un joven de un barrio pobre de Alvear hallado muerto acusó una actuación policial similar a la del caso Arruga

Calipo estaba al mando de los agentes de la comisaría 14. Luego fue ascendido como segundo de Munives, donde se desempeñó hasta la renuncia de su superior.

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