"No puedo vivir con la conciencia tranquila si permito que el Gobierno destruya la privacidad y la libertad"

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Edward Snowden tiene 29 años y trabajó una década para los servicios de inteligencia norteamericanos. Decidió asumir públicamente su rol de fuente de las publicaciones de The Guardian.

 

Edward Snowden, tiene 29 años y asumió su rol como fuente del ciberespionaje de la Casa Blanca denunciado por el diario The Guardia.
Edward Snowden, tiene 29 años y asumió su rol como fuente del ciberespionaje de la Casa Blanca denunciado por el diario The Guardia.

Por Carlos Fresneda
Para El Mundo

La fuente del escándalo del ciberespionaje que sacude Estados Unidos ha decidido dar la cara y defender públicamente su decisión. Se llama Edward Snowden, tiene 29 años y ha trabajado durante una década para los servicios de inteligencia norteamericanos. Fue asistente técnico en la CIA y hasta hace tres semanas trabajaba en las dependencias de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) en Hawai.

En una serie de videos difundidos por 'The Guardian', Snowden explica así su decisión: "No quiero esconderme porque no creo que haya hecho nada malo (...) No busco la atención del público porque no la historia no va sobre mí. La historia es lo que está haciendo el Gobierno norteamericano (...) No quiero vivir en un sociedad donde se hace este tipo de cosas".

Edward Snowden hizo las maletas el pasado 20 de mayo y se despidió de su novia con una vaga excusa. Pidió baja temporal en su último trabajo –para la contrata del Ministerio de Defensa Booz Allen Hamilton- alegando la necesidad de someterse a un tratamiento contra los ataques de epilepsia.

Antes de marcharse, eso sí, se aseguró de copiar una serie de documentos secretos, incluida una presentación en PowerPoint donde de explicaba con todo detalle la existencia de Prism, un programa de ciberespionaje que permite ingresar directamente en los servidores de los gigantes de internet como Google, Facebook, Microsoft, Skype, Yahoo y Apple.

Desde hace tres semanas está prácticamente encerrado en un hotel de Hong Kong, donde ha pasado la información a Glenn Greenwald, Ewen MacAskill y Laura Poitras, los periodistas de 'The Guardian' que han destapado el escándalo que ha dado la vuelta al mundo. Este mismo domigo, el 'Washington Post' también le identificaba como su fuente.

Snowden es consciente de que su decisión le convierte en uno de los 'soplones' más notables en la historia de Estados Unidos, junto a Daniel Ellsberg (que filtró los papeles del Pentágono) y el soldado Bradley Manning, la 'garganta profunda' de WikiLeaks, actualmente juzgado por alta traición.

 

Una vida cómoda

Desde que decidió "exiliarse" en Hong Kong, tan sólo ha abandonado la habitación de su hotel en tres ocasiones. Teme que el NSA le esté espiando, y cada vez que usa clave en el ordenador, lo cubre con una tela roja, por temor a la existencia de cámaras secretas en su habitación.

"Sé que me van a hacer sufrir por mis acciones", revela a 'The Guardian'. "Pero me daré por satisfecho con haber revelado, aunque sólo será por un instante, el secretismo de las leyes y los irresistibles poderes ejecutivos que gobiernan el mundo hoy en día".

"No tengo miedo porque es la decicisión que he tomado", asegura. "Sé que a los medios les gusta personalizar las historias, y sé que el Gobierno me querrá demonizar (...) Pero lo que quiero realmente es centrar la atención en estos documentos y abrir un debate entre los ciudadanos sobre el mundo en que queremos vivir. Mi única motivación es informar al público de lo que se ha hecho en su nombre".

"Yo llevaba una vida muy cómoda, con un salario anual de 200.000 dólares y una novia con la que comparto una casa y con una familia adorable", añade Snowden. "Estoy dispuesto a sacrificar todo esto porque no puedo vivir con la conciencia tranquila si permito que el Gobierno destruya la privacidad y la libertad en internet, y las libertadaes básicas de la gente con un sistema masivo de vigilancia construido en secreto".

 

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