Desde hace un buen tiempo, muchos expertos han coincidido en que la amenaza que representa el grupo yihadista Estado Islámico (EI) podría convertirse irónicamente en una carta de salvación para el presidente Bashar al Asad en su lucha contra rebeldes sirios.
La presión de la opinión pública internacional ya no se centra tanto en las "atrocidades" del gobierno sirio, sino más bien en las "acciones brutales" de Estado Islámico, y muchos sectores venían pidiendo que Estados Unidos extendiera a Siria los ataques contra blancos de EI, la principal fuerza rebelde opositora al gobierno de Asad.
Y es precisamente lo que anunció este miércoles el presidente Barack Obama, quien declaró que extenderá los ataques aéreos contra el grupo yihadista a Siria, aunque descartó una alianza con el gobierno de Asad.
Obama señaló en cambio que su gobierno reforzará su apoyo a grupos rebeldes moderados sirios que están luchando tanto contra el grupo yijadista islámico como contra el régimen de Damasco.
Pero para muchos la estrategia anunciada este miércoles por el presidente de Barack Obama no hace más que confirmar la percepción de que Asad podría ser uno de los principales beneficiarios de esta crisis.
"En Siria esta estrategia es vista en la práctica como un apoyo al gobierno de Asad", según dijo Rami Ruhayem, corresponsal de la BBC en Siria.
"Estados Unidos dice que no está coordinando con el gobierno de Asad, pero la opinión que prima aquí es que si ataca a blancos de Estado Islámico, que es la principal fuerza que está ahora en guerra contra Asad, efectivamente las acciones de EE.UU. están sirviendo los intereses del régimen sirio".
Estado Islámico controla casi una tercera parte del territorio sirio y buena parte de Irak y ha inflingido importantes derrotas tanto al ejército sirio como a otros grupos yihadistas, entre ellos Jabhat al-Nusra, la organización afiliada a al Qaeda.
Según Rami Ruyahem, esta estrategia va al menos a aliviar la presión militar del gobierno de Asad. "Washington está tratando de mostrar esto no como algo que sirve los propósitos del régimen, sino que está enfatizando el lado de la cooperación y el financiamiento a varias facciones del Ejército Libre Sirio, pero se trata más bien de una cuestión de imagen".
Lo cierto es que las imágenes de decapitaciones y abusos de los derechos humanos de EI en los territorios que ocupa, han llevado a que Asad sea visto por muchos como un mal menor e incluso como un colaborador necesario.
Vale recordar la frase que publicó en Twitter Richard Haas, diplomático estadounidense, quien fuera asesor del exsecretario de Estado de EE.UU. Colin Powell durante el gobierno de George W. Bush: "¿aliarse con Asad? Posiblemente. Como decía Churchill ‘si Hitler hubiera invadido el infierno, yo habría hecho una alusión favorable al demonio en la Cámara de los Comunes‘".
La posición oficial de Washington desde 2011 ha sido que la solución de la crisis en Siria requiere la salida del poder de Bashar al Asad y en ese contexto Obama no quiere revertir su posición inicial ni aliarse con el gobierno sirio.
"Estados Unidos está enfatizando la versión que más le conviene, pero en Siria esto se ve como una alianza que incluye a las milicias chiitas de Irak, a Irán y al gobierno sirio. Todas estas son fuerzas que están en guerra contra Estado Islámico".
La Coalición Siria, que incluye a grupos moderados como el Ejército Libre Sirio, ha aplaudido el anuncio señalando que "está listo para aliarse con EE.UU. para enfrentar a Estado Islámico y recordó que por mucho tiempo ha advertido de la amenaza que representa este grupo". Pero la organización instó a Obama a tomar medidas contra Asad al igual que contra los yihadistas de EI, conscientes en parte del impacto favorable que esta estrategia puede tener para el ejército sirio.
El analista sobre temas del Medio Oriente, el británico Patrick Cockbur, señaló que EE.UU. tiene un gran dilema en Siria. "No quiere revertir su política" y por eso "pretende que puede contar con fuerzas moderadas potentes capaces de enfrentar a EI y al ejército sirio, pero esa fuerza apenas existe, y los grupos rebeldes más importantes son también yihadistas... no muy diferentes de EI".
No ha habido reacción oficial de Damasco tras el anuncio de la estrategia de Washington. Sin embargo, la agencia de noticias estatal se refirió a la posición ya expresada hace un mes por el canciller sirio Walid Al Moallem, quien dijo que cualquier acción militar en territorio sirio debe ser coordinada con el gobierno de Asad.
"Cualquier ataque (que no cumpla este requisito) va a ser considerado como una agresión".
No está claro sí y cómo va a responder el gobierno de Damasco, pero en cualquier caso es claro que el gobierno sirio saldrá beneficiado de cualquier debilitamiento de los radicales de Estado Islámico, según el corresponsal de la BBC Jim Muir.
Sin embargo, no está claro tampoco que el ejército sirio esté en condiciones de ganar territorio en el terreno como resultado de un debilitamiento de EI.
"Es difícil saber qué va a pasar. No está claro que el ejército sirio podrá retomar el control de áreas que hoy en día ocupa Estado Islámico", dijo a BBC Mundo Rami Rahayem.
En lo que todos parecen estar de acuerdo es que la nueva estrategia puede dar un alivio al presidente Bashar al Asad y que la presente crisis aumenta las posibilidades de sobrevivencia del gobierno sirio.
Fuente: BBC