La Iglesia Católica de Brasil le sacó "Tarjeta Roja" a Dilma por los gastos para la realización del Mundial

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La Conferencia Nacional de Obispos de Brasil distribuirá en las doce ciudades sede del torneo un folleto en el que le muestra al Gobierno el Cartão Vermelho (Tarjeta Roja).

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La Iglesia brasileña cuestionó el orden de prioridades del Gobierno de Rousseff en vísperas de la Copa del Mundo.
La Iglesia brasileña cuestionó el orden de prioridades del Gobierno de Rousseff en vísperas de la Copa del Mundo.

 

La Iglesia Católica de Brasil sorprendió al país al sacarle tarjeta roja, Cartão Vermelho, al gobierno de Dilma Rousseff por lo que considera gastos excesivos provocados por la organización de la Copa del Mundo de Fútbol, que comenzará dentro de seis días en San Pablo, con el encuentro del local con Croacia. La Conferencia Nacional de Obispos de Brasil (CNBB por su sigla en portugués) distribuirá en las doce ciudades sede del torneo un folleto en el que le muestra al gobierno el Cartão Vermelho de la expulsión directa por haber "invertido el orden de las prioridades", destinando menos dinero a las políticas sociales que a la Copa, afirmó el obispo Anuar Battisti.

Los desplegables están escritos en inglés, castellano y portugués y serán distribuidos en iglesias, hoteles, aeropuertos y restaurantes para que sean leídos por los 600 mil turistas que llegarán al país para seguir el desarrollo del evento deportivo más convocante del mundo.

Responsable de la Pastoral de Turismo de la CNBB, y encargado de la impresión y distribución de los folletos, Battisti denunció que "lo que fue gastado para construir estadios fue absurdo. El juego va a comenzar y Brasil se volvió un inmenso campo de juego sin tribunas, y somos convocados para formar un equipo único", mientras la mayoría de la población "es excluida" de los gastos y de la fiesta, agregó el prelado.

Sin citar fuentes, la agencia ANSA dijo que, pese al cuestionamiento de la Iglesia, un vocero del gobierno dijo que espera recibir un mensaje del Papa Francisco con augurios para el evento y apoyo a la campaña contra la explotación sexual de menores de edad y la discriminación, una cruzada paralela al desarrollo del evento deportivo. El anuncio de ayer sorprendió al mundo político y a la feligresía, porque el 21 de marzo pasado, si bien había lanzado críticas por el elevado costo del torneo, la CNBB había divulgado un mensaje titulado "Jugando por la vida", en el que señalaba que "la Iglesia acompaña con presencia amorosa, materna y solidaria ese gran evento que dará la oportunidad de protagonizar una reconciliación universal" (ver aparte).

El texto conocido ayer expresa "la preocupación de la Iglesia" en ocho puntos que merecen Cartão vermelho –entre ellos la "delegación de responsabilidades públicas en grandes corporaciones y entidades privadas que se apropiaron" del fútbol–, pero resalta que el gobierno puede marcar "el gol de la victoria" si nadie es perseguido por trabajar en los espacios públicos, si se respetan durante el evento los derechos de los consumidores y si se dan garantías de que la población de los barrios más pobres y las personas en situación de calle tendrán derecho a permanecer en sus asentamientos habituales. Los obispos pidieron que los movimientos sociales no sean criminalizados y se respete el derecho a manifestar.

La CNBB criticó por último el uso de los dineros públicos en la ejecución de proyectos que no son prioritarios para la población, "como sí lo son la salud, la educación, el saneamiento básico, el transporte y la seguridad", señalaron los obispos. Antes se habían referido a la "exclusión de millones de ciudadanos del derecho a la información y a la participación en los procesos de decisión vinculados a los estadios y a las otras obras que se realizaron para la Copa".

 

Los obispos elogiaron las marchas

Sin darle el carácter de "tarjeta amarilla", la amonestación previa a la "tarjeta roja" definitiva de la expulsión, el 21 de marzo la CNBB había invitado a la sociedad brasileña a sumarse a la campaña oficial "Jugando a favor de la vida, denuncie el tráfico humano". Tras señalar que "la Iglesia acompaña con presencia amorosa, materna y solidaria ese gran evento" (por la Copa del Mundo), los obispos señalan su expectativa de que "sea recordado como un tiempo de fortalecimiento de la ciudadanía" y elogiaron "las manifestaciones populares que reivindican la soberanía del país y el respeto a los derechos de los más vulnerables".

En aquel mensaje señalaron la "alegría con la que la mayoría de la población espera la Copa del Mundo". Y agregaron: "Los brasileños, con su hospitalidad y alegría, sabrán acoger a aquellos que, de todas partes vendrán a nuestro país en ocasión de la Copa (...) El evento, por tanto, será una ocasión para reflexionar sobre las relaciones pacíficas y culturales entre todos los pueblos, así como sobre los aspectos sociales y económicos que involucran al deporte, que es armonía, y que el dinero y el éxito no prevalezcan como el objetivo final, como alerta el Papa Francisco."

Fuente: Tiempo Argentino

 

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