Una de las causas fue la presentada por la Municipalidad de Caldera, por cuasidelito de homicidio. El documento apuntaba a la empresa y a funcionarios públicos que habrían dejado de cumplir normativas de seguridad.
La Fiscalía de la región chilena de Atacama, ubicada a 1.630 kilómetros de Santiago, dio por cerrada sin acusados la investigación por el derrumbe ocurrido en la mina San José y que dejó a los mineros atrapados durante 69 días en 2010.
Según informó el diario La Tercera, tras tres años de investigación, el Ministerio Público concluyó que no existen “antecedentes suficientes para continuar la indagación contra los dueños del yacimiento”, Alejandro Bohn y Marcelo Kemeny, así como contra las autoridades del Servicio Nacional de Geología y Minería (Sernageomin) de la época.
El fiscal regional de Atacama, Héctor Mella Farías, dio a conocer la decisión del cierre de la investigación este miércoles e indicó que se "adoptó esa decisión de no perseverar, porque no había convicción para formular una acusación respecto de los hechos que se habían investigado".
En esta línea, la fiscalía había decidido iniciar una investigación “de oficio”, tras el derrumbe con el objetivo de realizar las pesquisas necesarias para establecer si había responsabilidades penales tras el accidente.
Una de las causas fue la presentada por la Municipalidad de Caldera, por cuasidelito de homicidio. El documento apuntaba a la empresa y a funcionarios públicos que habrían dejado de cumplir normativas de seguridad.
En el tema civil, el Consejo de Defensa del Estado acordó con la empresa, que ésta debía pagar 5 millones de dólares al Estado, por los costos generados a raíz del rescate minero.
Por su parte, la abogada de los dueños del yacimiento San José, Catherine Lathrop, indicó que la decisión de la Fiscalía fue comunicada en una audiencia y que "la decisión de no perseverar a la que arriba el Ministerio Público es una muestra clara de que efectivamente los dueños de la mina San José no habían cometido ningún delito".
Lathrop también destacó que “nosotros siempre hemos sostenido que si bien los 33 fue un lamentable accidente, (pero) es sólo eso, un accidente, y tampoco se pudo establecer que había alguna responsabilidad de mis clientes en este caso”.
El 5 de agosto de 2010 se produjo el gran derrumbe que se convirtió en unos de los hechos noticiosos más importante del momento alrededor del mundo y que convocó a toda la prensa internacional.
Según un estudio, el impacto mediático mundial del rescate es el mayor de la historia reciente de Chile, superior al que generó el terremoto del 27 de febrero de 2010 en Chile.